Noble Cuba, yo al trinar
Mi lira, en tu nombre lo hago:
Desde este mismo Santiago
Quiero tu pena endulzar.
Tus glorias voi a cantar
Con un heroismo pleno,
Contemplando el mar sereno
Que no se ajita por tí.
Para amarte desde aquí
Me basta de ser chileno.
Cuando ya desaparece
El dia i se oculta el sol,
Tu frente alumbra un farol
I tu mente se adormece;
Para ver lo que acontece,
En la noche con estreno,
Se ajita el mar en su seno
Presentándote el rubí.
Para amarte desde aquí
Me basta de ser chileno.
En primavera, la luz
Con que adornas tus colinas,
Por permisiones divinas
Nace la flor del capuz.
Sin decirles chus ni mus,
Crece en tus campos ameno
Ni el mas activo veneno
Podrá devorarme a mí.
Para amarte desde aquí
Me basta de ser chileno.
Sois como perla encantada
Entre las ondas del mar:
Quién te pudiera salvar
De donde te hallas atada!
Tu bandera es ultrajada
Por una turba sin freno;
Salgo ufano al terreno
Con un cierto frenesí.
Para amarte desde aquí
Me basta de ser chileno
Al fin, la ondulante vela
Del valeroso marino
Que en ese mar cristalino
Dia i noche te consuela;
El morir no le recela
Por su patria como bueno;
Jamas nunca me enajeno
Desde que te conocí:
Para amarte desde aquí
Me basta de ser chileno.
