Canillitas te saludan

  Todos los canillitas,
pequeños, pero sinceros,
traen para el compañero,
estas canciones benditas:
humildes trabajadores,
de la prensa cotidiana,
que desde la mañana,
luchamos en sus labores.

  Para tí, hermano querido
que nunca te olvidaremos,
el sentimiento tendremos
de que nos has defendido.

  Allá, en nuestra alma sencilla,
se elevará un monumento,
en nuestro hondo pensamiento
para el hermano CANILLA.

  Lágrimas de alegría,
cuando tu triunfo tuviste,
derramamos dia a día
porque en tu triunfo nos diste
honor a la patria mía.

Imp. “Esmeralda”, Freire 730, Concp

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El saludo de un rotito

  Oye Plaza: ¡Yo quisiera
darte un abrazo bien fuerte,
porque tú a nuestra bandera,
la defendistes a muerte!

  Tú, hallá entre todos los gringos
te portastes como bueno,
como valiente chileno
corristes como repingo!

  Nosotros a cuatro manos
desde aquí te acompañamos
porque tu triunfo soñamos
como regüenos hermanos.

  Mira RENEGRO querido
tan solo tú has defendido
nuestro sacro pabellón
que hartas veces fué vencido
con dolor de la Nación!

  Es cariño sin revez
de éste sincero rotito
y que te arroja hermanito
el corazón a tus pies.

  Tú supistes defender
nuestro orgullo sacrosanto
y hoy, Plaza, es nuestro deber
hacerte este humilde canto.

  ¡Tómalo pués hermanito
con esa sinceridad
que te lo manda el rotito
con esta franca hermandad.

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PLAZA PENQUISTA
El chiquillo querido

  Humilde suplementero
dia a dia callejero,
que pregonaba los diarios
cuya venta voluntaria,
la hacía con harto ardor
y esta era su gran labor
que la hacia diario a dia
este gran trabajador
de nuestra prensa penquista
que con talento conquista
a este gran fiel luchador
de los triunfos alcanzados
en Amsterdam conquistados.

  Chiquillo que hallá buscastes
esta gran gloria sin nombre
propios de los grandes hombres
vamos aquí a coronarte
con patriótico calor
por lo que tu conquistaste
como bravo luchador.

  Si fué grande tu conquista
hallá en las tierras lejanas
aquí tus almas hermanas
estas altivas penquistas.
te derán su corazón.

  Para tí Plaza querido
como un puñado de flores
van estos versos nacidos
y en el corazón sentidos
de los chilenos amores.

  Si tú en la lucha supiste
conquistar triunfos y gloria,
vivirá en nuestra memoria,
el triunfo que tú adquiriste.

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En esta gran olimpiada

  En esta gran olimpiada
en que el mundo estaba atento,
en ésta enorme jornada,
donde el esfuerzo vibraba,
con todo el gran pensamiento,
de estas, las razas más bravas
para llegar a triunfar,
y poner los colores,
de nuestra patria querida,
en el alto pedestal,
de todos nuestros amores
tantas veces defendidas,
en los campos de la guerra
como en la forma sportiva
en esta chilena tierra.

  De aquí fuimos Amsterdam
con pensamiento sincero
para ser de los primeros
en esta lucha mundial.

  Y se luchó harto bravío
con corazón de chileno,
sin sentimiento sombrí
y con ánimo sereno,

  Esta lucha de Amsterdam
en que nuestro tricolor
todo el que lo sabe amar
lo defendió con calor.

  Toda nuestra altiva raza
tuyo en alto el pabellón
en el corazón de Plaza
ese insigne campeón,
que si no fué el primero
como luchador sincero,
defendió nuestros colores,
sin sentir los sinsabores
de esta gran lucha mundial

  Los corazones chilenos,
que vieron este torneo,
como patriotas y bueno
ofrecieron el trofeo
a Manuel Plaza querido
de llevarlo con asombro
sobre sus bravios hombros
por ese triunfo adquirido.

  Allá, las damas chilenas
de entusiasmo y de contento,
lloraron de sentimiento
como nobles, como buenas.

  Y cual cariño que abraza
los chilenos corazones,
ellas fueron para Plaza
los más brillantes blasones,

  Aquellas damas sinceras
batieron el pabellón
y fueron nuestras bandera
orgullo de la Nación.

  Plaza sonriente y sereno,
en un esfuerzo supremo,
dijo “Señor soy chileno
he de triunfar como bueno”

  De acá, nuestros corazones
palpitando de emoción,
como una noble ilusión
soñamos con ese triunfo
para nuestra gran Nación

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