LLEGADA DE PANCHO GRANDON
A LA RELOJERIA
DE
GASPAR CONTRERAS

        Autor
A la bajada del puente
Marchaba un huaso bajando
Con poncho al hombro i braceando
Con facha mui imponente.

    A una señora de moño
Le preguntó i dijo así:
¿A onde zerá pua quí
Esa calle de Gorgoño?

    La señora lo miró
Con una mirada brusca
I le dijo: a mano izquierda
Está la calle que busca.
        Huaso.
    En la calle que le nombro
Sabrá que encontral yo quero
A un tal don Gaspal Contrera
Que hicen ques relozero.
        Señora.
    Andando usted media cuadra
Donde hai un reloj colgado.
Ahi vive el caballero
Por quién usted ha preguntado
        Autor.
    El huaso llegó a la puerta
I dice de esta manera:
Estés la relozeria
Del heñor Gaspal Contrera.

    Contreras sale al instante
I viendo un huaso tan grande
Le dice yo soi Contreras
I estoi para que me mande
        Huaso.
    Muchas gracias zu merzé
Por usté se puée hicil
Que yo no pueo mandal
A quen hebo de zelvil.
        Contreras.
    Señor, ahí tiene asiento
Si gusta puede sentarse
¿Que busca por estos mundos?
Ya puede claro esplicarse.
        Huaso.
    Ha de zabel caballero
De que agora necezito
De que usté en primer lugar
Me vea este relozito.

    Mea hicho otro relozero
De qués un reló mui rico
I enüelto en papel de zea
Lo treigo aqui en el bolzico
        Autor.
    Contreras tomó el reloj
I en conocer no dilata
Que es un reloj de juguete
Con las tapas de ojalata.
        Contreras.
    Este si que es reloj rico
De farica acreditada
La máquiña no la entiendo
Porque es algo complicada.
        Huaso.
    Mé! i como ijo García
Que a usté tanto lo conoze
Quera güeno pa poezía
I pa componer relozes.
        Contreras.
    Amigo quiere decirme
Ya que con usted converso
¿Que tiene que ver mi oficio
Con el arte de hacer versos?

        Huaso.
    Es que yó tamien soi güeno
Cuando se ofrehe pallar
I por eso ñor Nicasio
Mea hejao en zu lugar.
        Contreras.
    Ya saco por consecuencia
Por esa contestacion
De que usted será el insigne
Poeta Francisco Grandon.
        Huaso.
    Yo no zeré tan insiuno
Como usté heñor Contreras
Pero poimos cantar
Del cóliga i lo que quera.
        Contreras.
    A proposito del cólera
Quiero preguntarle amigo
Si también anda este mal
Allá en su apartado abrigo
        Huaso.
    Allá ha pegao juertazo
I ha dejao casa zola
Que a toititos por parejo
Lo ha hecho parar la cola
        Contreras.
    Me mueve a curiosidad
I usted, como se ha escapado
Que ha venido por aquí
I el cólera no le ha dado.
        Huaso.
    Ande heñor por la pucha
De que en Concon i Rauten
Con la bostita he caballo
Lemos sacado mui bien.
        Contreras.
    Con la bosta de caballo
Buen medicamento es ese
Era bueno que en Santiago.
De médico se metiese.
        Huaso.
    A mí me dió una lipiría
De haber comio melón
I con la bosta caliente
Se libró Pancho Grandon.
        Contreras.
    Con estiercol de caballo
Usted mejoró tan pronto
Es decir que esta epidemia
Respeta mucho a los tontos.
        Huaso.
    Poco a poco on Contrera
No ze quera propazar
Mire que yo zoi güen pueta
I bien güeno pa peliar.
        Contreras.
    No haga caso don Panchito
De las palabras de un loco
Que decirle tonto a un huaso
Eso es docirle mui poco.
        Huaso.
    Una vez ques bufonáa
La que acaba de hecil
Hablando de lepidemía
Bien poimos prozeguil
        Contreras.
    Digame si por allá
No han hecho algún lazareto
Porque el cólera en las casas
Los arruina por completo.
        Huaso.
    Hicen qui hai un nazareto
Hon diai doutores mui práutico
Pero no zana ninguno
Yendo con cólico asiáutico.
        Contreras.
    Si ha estado en Valparaiso
Digame amigo grandote
Si tambien habrá llegado
Por allá, este cruel azote.
        Huaso.
    I mucho qués tan bramático
I de güena endiucacion
Mestá hiciendo grandote
I sabe que zoi Grandon.
        Contreras.
    I se el cordon sanitario
Hasta Montenegro está
Quisiera saber don Pancho
¿Cómo pasó para acá?
        Huaso.
    Ande heñor por la maire
Que allí lo queamos vario
Haciendo la curentela
En el coiron solitario.
        Contreras.
    En el tiempo que allí estuvo
Tambien quisiera saber
¿Gastaban de su bolsillo
O les daban de comer?
        Huaso.
    Ande cumpa que allastaba
Mui caraza la comia
Que por una tasecardo
Hasta medio Ze pehia.
        Contreras.
    ¡Jesus que caldo tan caro!
A mi me ha causado susto,
Cada i cuando se peia
Olería usted a su gusto.
        Huaso.
    Déjeze de truneria
Heñor Contreras por Dios
Que ya quea poco tiempo
Paque cantemos los dos.
        Contreras.
    Es decir que se quiere ir
Sin haberme contestado
Si este terrible flajelo
A Valparaiso a llegado.
        Huaso.
    Yo no ze ná de fraquelo
Porqueso pa mí es mui nuevo
Le hiré que los porteños
Tan que no les cabe un güevo.
        Contreras.
    En el valle de Aconcagua
Dicen que ha dado mui fuerte
Este mal, i a miles de hombres.
Les ha causado la muerte.
        Huaso.
    On Gaspal en San Felipe
Murió mi compaire nacho
En Catemo i en San Roque
Ei han muerto como diacho
        Contreras.
    ¿Que me cuenta de Quillota
De la Cruz i la Calera
Prohiben siempre la fruta
O la come aquel que quiera?
        Huaso.
    Ta enojáa como diantre
Esa jente quillotana
De ver que sestán puiriendo
Los peros i las manzanas.
        Contreras.
    Para los agricultures
Aquí ha sido cosa séria
Les privan vender su fruta
I hoi jimen en la miseria.
        Huaso.
    Es decil que pior quel cólega
Pa ellos ha zido esta plaga
Diambre se van a morir
Si el gobielno no les paga.
        Contreras.
    No hai cuidado, amigo mio
Que el gobierno es jeneroso
¿Como ha, de dejar muriendo
A tantos menesterosos?
        Huaso.
    Saurá cumpita Contrera
Que ya se vá ziendo tarde
Deseo ir ha comel argo
Porque ya me muero de hambre.
        Contreras.
    Vaya usted con Dios mi amigo
I que le haga buen provecho
Puede volver cuando quiera
A defender su derecho.
        Huaso.
    Mañana temprano güelvo
En lugar de ñor García
Para contestar por él,
Esta grande alegacía.
        GRANDON I CONTRERAS
Continnará.

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TENGO IMPRESAS EN MI ENJALMA

        Grandon

    Tengo impresas en mi enjalma
Reliquias de mis estribos
Que ni las cinchas las borran
Ni ellas merecen lomillos.

    Me acuerdo, mi dulce encanto,
Cuando ibamos a Macul,
Con buena pollera azul
Que a tí te sentaba tanto
No necesitabas manto
Porque usabas una talma
Que regocijaba tu alma;
Los dos en buenas monturas.
Todas estas travesuras
Tengo impresas en mi enjalma.

    Yo te miraba el sillon,
Tú me mirabas mi avío;
De gusto un escalofrío
Me daba en mi buen potron,
Porque en cualquier bodegon
Topeaba por los motivos
I a los pingos mas altivos
De la vara los sacaba.
Tenia, se me anunciaba,
Reliquias de mis estribos.

    Quizás si te acordarás
De aquellas dos mancarronas,
Que las dos eran rabonas
Pero buenazas de mas.
Con mis botas de alcatraz
Que hasta mi cintura aforran,
De viejas se me acotorran
Las mismas yeguas oscuras,
Tienen tantas peladuras
Que ni las cinchas las borran.

    Pellones i sudaderos,
Frenos, riendas, cabezadas,
Están medio apolilladas,
¡Que diré los debajeros!
El lazo i los encimeros
Son mas que puros portillos,
Me los piden los chiquillos
Por burlarse por entero;
Monturas como un arnero,
Ni ellas merecen lomillos.

    Al fin, ten este recuerdo
De los tiempos que paseamos,
Nuestra juventud gozamos,
De tu fineza me acuerdo;
Aunque viejo, no soi lerdo,
I hago buena la ocasion
Mandar a mi corazon
A tus plantas a ofrecerme
I en caso que quieras verme
Me hallaras siempre en Concon.

        ES PROPIEDAD DE
        Nicasio Garcia i el huaso Gradon.

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CON MI PASION DEJENMÉ

        Grandon

    Con mi pasión dejenmé,
Yo penaré en mi trabajo;
El quitarme el gusto a mí
Es nadar aguas abajo.

    No necesito consejos,
Aunque vengan a decirme
Que procuran preferirme
Toda clase de ambos sejos;
Mujeres, guainas i viejos
Quieren quitarme mi fé.
De la que me apasioné
No quieran que oiga un suspiro,
Aunque me maten de un tiro
Con mi pasión dejenmé.

    Porque paso trabajando
Para vestir a mi negra
Ningún vecino se alegra,
Al contrarie, están porfiando;
No estoi para andar deseando
De otra el mayor agasajo,
Aunque esté como estropajo
A nadie le importa nada,
Que por asear a mi amada
Yo penaré en mi trabajo.

    Cuando me vienen a hablar
En contra de la que quiero
Es cosa que desespero
I mal llego a contestar;
Me quisiera disparar
Pero como estoi aquí
Con mi rabia comprendí
Que a todos les causa enojos,
Será vendarme los ojos
El quitarme el gusto a mí.

    Aunque se opongan los jueces
Que ame yo a la prenda mia,
El ménos pensado dia
Les doi tajos i reveses;
No importa que años i meses
Sufra mi cuerpo alguu tajo,
I si les pongo barajo
Dijo el adajio en favor:
Quitarle al hombre su amor
Es nadar aguas abajo.

    Al fin, si yo les permito
Que vengan a aconsejarme,
Eso será incomodarme
O que abandone el distrito;
Observen que dejo escrito
Por lo mayor Ñor García,
Aquí le pongo en poesía,
Esto le voi a advertir:
Mas bien permito morir
O salgo con mi porfia.

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GRANDON

    Malayas son las que almuerzo
mi comida es un dolor,
meriendo un triste librillo
i guatitas un porcion.

    Desde que te has ausentado
mi vida soi un cuadrino,
no se mui bien el destino
i el pescado hei olvidado;
por que me tiene ostigado
mi amada aqui te converso;
lee pues con pausa este verso
que el te dirá lo mas brebe
que pensando en ti a las nueve
malayas son las que almuerzo.

    Yo no te pienso olvidar
ni ocupado en mi trabajo
recuerdo de tu hagasajo
al empesar a voltear
quisiera irte a visitar
o tener de ti razon
por esto mi corazon
pide i no encuentra alegria;
causa tuya a medio dia
mi comia es un riñon.

    No he podio ni un instante
borrarte de la memoria
mi ocupacion es historia
cuando llega el semejante
luego le vendo al marchante
si es vaca, buei o novillo,
echo mi plata al bolsillo
pero con tigo agrabiado
no teniendote a mi lado
meriendo un triste librillo.

    Al despostar tantas presas
i el maestro tanto apura,
recuerdo de tu hermosura
de tus gracias i finesas;
van a las varas las piesas
es de nuestra obligacion,
a presencia del patron
cumplo mis obligaciones
i como hartos chicharrones
i guatitas un porcion.

    Al fin no vas a Concon
mi dueña anda al Matadero
que yo con carne te espero
i con un buen camison,
con chauchas una porcion
con entrañas i mollejas
i aros para tus orejas
te advierto que no es ultraje
solo me da rabia el viaje
con que te vas i me dejas.

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GRANDON

    Queria vente a mis brasos
no reseles de mi amor
Dien saves de que por tí
paso viviendo en Concon

    La distancia desespero
para que a verme no vengas
I con mi amor no convengas
no eres como yo te quero;
no puedo estar plasentero,
siendo los dos selosàsos
desconfió que los huasos
vayan hacerte algún ruío,
I hechando todo en olvio
queria vente a mis brasos.

    No contis que los queremos
tte prevengo vida mia;
que no sepa alma nacia
hasta que los informemos
si es justo que los casemos
me has de hacer otro favor;
aun que yo soi pecader
lo que te hablo puedes crerlo,
si me tardase en hacerlo
no reseles de mi amor.

    Desde que me has conocido
en mi no habido mudanza
ni la menor desconfianza
en ti tanpoco he tenido,
i en lo que hai prometido
es largo tiempo hasta aqui
te juro de hacerlo asi
es prometimiento siertor
yo serè mil veces muerto
bien sabes de que por tí.

    Soi tu verdadero amante
i te quero hasta morir
i no me debes decir
que hei sido algun incostante
no olvides aquel instante
de lejitima ocasion,
te dice mi corazon
cuando miro pa la plaza
causa tuya tibiesasa
paso viviendo en Concon.

    Al fin con este recuerdo
mi bien queda satifecha
cantando desde esta fecha
tambien yo de ti me acuerdo,
jamas seré amante lerdo
creme que no son ficciones,
agrega a tus condiciones
mi pena cuando volbás,
en mi seguro hallarás
un piélago de aflicciones.

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LITERATURA

El ave, el insecto, el bruto
Campos, arroyos i fiores,
Todos cantan tus loores
I te dan, Señor, tributo.

Nace el ave con las plumas
Que le forman abanico
I su puntiagudo pico
Humedece en blanca espuma;
El insecto, en mansas brumas,
Recorre lo más enjuto,
Hasta que presenta el luto
La noche i su negro manto,
Dan embeleso i encanto
El ave, el insecto, el bruto.

Los campos se reverdecen
Bañados por los arroyos;
Con esos i otros apoyos
Los duros troncos florecen;
I las flores embellecen
La tierra con sus colores;
Cornejas i ruiseñores
Entonan su melodía
Llenándonos de alegría
Campos, arroyos i flores.

Nace el bruto i con la fuerza
Que lo dotó la Natura
Apénas el alba apura
Cuando revuelca su terza.
Con necesidad perversa
Busca el agua en sus ardores
I un enjambre de pastores,
Montes, i todo ramaje
Cada cual en su lenguaje
Todos cantan tus loores

Nace el arroyuelo tierno
I el oro fino brillando,
Al risco maravillando,
Siendo su rival eterno.
Antes que llegue el invierno
El árbol brinda su fruto
En el silencio absolato,
Las flores con arrogancia
Espárcen grata fragancia
I te dan, Señor, tributo.

Al fin, ave, campo i flor
Arroyo, bruto i semilla,
Insecto que vuela i brilla
I canto del ruiseñor;
Llega el águila al ardor
De los orbes celestiales…
¡Que diré de los mortales
I los que hablan de las ciencias,
La nieve en las eminencias
I el pez entre los cristales!

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LAS PLAGAS DE EJIPTO

    Al reino de Faraon
Con diez plagas castigaron;
Los cautivos libertaron
Moisés y su hermano Aaron.

    Les dijo el Omnipotente:
En la presencia del rei,
Esa vara, por mi lei,
Se convertirá en serpiente.
Tertuliano, es evidente,
Que pasó el Nilo en razon..
Las aguas, fué admiracion,
En sangre las trasformaron
Cuando ya se presentaron
Al reino de Faraon.

    El tirano les rogó
Que aquella plaga quitasen,
Y a su pueblo libertasen,
Y despues dijo que nó.
Esto a ellos enojó
Y otra gran plaga le enviaron,
De ranas, que le infestaron
Su reinado de jentiles;
Por igual los varoniles
Con diez plagas castigaron.

    No dando la libertad
A su pueblo, a Dios clamaron,
Y los insectos brotaron
A castigar su ruindad.
Siendo confundido ya,
Por si cedia, le enviaron
Moscas que los molestaron
Y peste a los animales…
Esos dos antemurales
Los cautivos libertaron.

    La sesta plaga fué a prisa
Con la cual los castigó
Moisés, que al aire tiró
Un puñado de ceniza.
En la sétima, graniza,
Hai truenos e inundación,
Y fué tal la confusion,
Que todos se atribulaban,
Mas siempre con Dios estaban
Moisés y su hermano Aaron.

    Al fin, langostas vinieron,
Esta fué la, octava plaga,
Que cual matadora daga,
El esterminio trajeron.
Tampoco se convencieron
Con la grande oscuridad,
Horrible calamidad
Que Dios decretó en su enojo,
Y hasta llegar al Mar Rojo
Dur[ó] del rei la crueldad.

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Desesperacion del Dictador

Bien fea la chambonada
De Balmaceda el indino:
Hizo la del buei Tapanca
Donde el ministro arjentino.

Cuando él estaba en la silla,
Daba indicios de valiente;
Pero era un puro indolente
Y no asomó a la Placilla.
Se le volvió la tortilla
Y arrancó a la disparada:
La ciudad supo, admirada,
El triste fin que ha tenido,
Y para mi ver ha sido
Bien fea la chambonada.

Yo recuerdo y lo aseguro
Que cuando el mando tomó,
La lei respetar juró
Pero solo fué un perjuro.
Con el clero fué mui duro,
Como Lutero y Calvino,
Por esto a creer me inclino
Que el Gobierno que hai nombrado,
No hará lo que ha presenciado
De Balmaceda el indino.

Este hombre fué un sinvergüenza,
Que hasta las monjas austeras,
Las quiso arrojar a fuera
Mirándolas indefensas.
Despues de esta nueva ofensa
Y confundido ya, arranca
Como movido a palanca
Donde un Plenipotenciario
Y allí, como un temerario,
Hizo la del buei Tapanca.

Yo me acordaba y decía
Cuando murió el sanguinario;
¿Los millones del Erario
A quién se los dejaria?
El cobarde bebería
Algunos tragos de vino,
Por eso con tanto tino
Se atracó el arma a las muelas
Y allí entregó el real de velas.
Donde el ministro arjentino.

Al fin, todo Chile acuerda
Que Balmaceda tragaba
Lo que la provincia daba—
Lo demás iba a la izquierda.
Con su mano nada lerda,
Todo lo habia aferrado,
Y aunque no habia pensado
En ningún triste presajio,
En él se cumplió el adajio
«El ancioso muere ahogado».

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El suicidio del dictador

    Balmaceda el presidente
Se suicidó por su mano
Dió cuenta al Dios Soberano
De su vida hasta el presente.

    Veinte dias se ocultó
Donde el ministro arjentino,
Preparó su desatino
I él mismo lo consumó
Cuando a la Junta mandó
Para ver si era induljente,
Esta lo halló delicuente,
I sufrió un nuevo fracaso;
Por esto se dió un balazo
Balmaceda, el presidente.

    La Junta le contestó
Que por gracia se le haria
Todo cuanto le pedia;
Pero perdonarlo…nó.
Quizá este hombre se acordó
De haber sido cruel tirano,
Imitando a Diocleciano
Con su corazón de hiena…
I por no ver su condena
Se suicidó por su mano.

    La jente, en grupos decia
«Queremos ver al difunto»,
Pensando en algun asunto
De venganza en aquel dia.
Don Cárlos les respondia:
—«Es la verdad, pueblo hermano»
I el señor Lisboa, humano
Cura, nos aseguró
Que aquél que nos oprimió
Dió cuenta al Dios Soberano.

    Sobre un bufete dejó
Cuatro cartas-despedidas:
Una a su madre querida,
Otra a aquél que lo ocultó.
Otra su esposa encontró
I otra un amigo elocuente;
Pero su libro, patente
Se abrirá, según opino,
En el Tribunal Divinio,
De su vida hasta el presente.

    Al fin, lector, como digo,
Bueno es que oigas mi voz:
Olvidando al mismo Dios,
De todos fué un enemigo.
El presidente consigo
Llevó armas de destruccion
Y jamás perdió ocasion
De aflijirnos con agravios;
Por eso los hombres sábios
Lo han comparado a Neron.

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