CARTA

  En una mano el amor,
En la otra agravio presente,
Al mismo instante quisiera
Castigarte y no ofenderte.

  Para poder escribirte
Puse con toda alegría
Fecha, el año, mes y dia
Y dí principio a decirte,
Quiero estas lineas medirte
Con la pluma a tu candor,
Esplicando el pormenor
En mi carta aunque penosa:
Quiero que tomes gustosa
En una mano el amor.

  Despues que te saludé
Pensando en vuestra hermosura,
Equivoqué la escritura,
Os voi a decir por qué.
Como os dije, recordé
Que abajo pondría urjente;
Esto hallé por conveniente
Figurarme en dos delicias,
En una verás caricias,
En la otra agravio presente.

  Si como yo sé sentir
Te supiera así esplicar,
En el mas grave pesar
Mantendrias tu vivir.
Tomarás para escribir
Pluma, papel que moviera
Vuestra mano placentera,
Mi corazón se alegrara,
Y ésta me la contestaras
Al mismo instante quisiera.

  El objeto de la mia,
Bellisima, dice así:
Que la carta es para tí
Y presenta una armonía;
Indica placer y guia,
Honra a una bella se advierte
Al concluir deseo verte
Como goza una deidad;
Pero mi intento será
Castigarte y no ofenderte.

  Al fin, recreo y encanto,
De mi pasion el espejo,
Dí cuenta de mi reflejo
Y de mi amor otro tanto;
Mi nombre sin mas quebranto
Verás ya cómo lo escribo,
Disculpa en el adjetivo,
Suplico en leer reposes,
Y en la rúbrica conoces
Mi nombre y apelativo.

       J. M. Moraga y Cª

Ver lira completa

A MI AMADA

  Vestida de azul saliste
A competir con el cielo;
Nadie habrá visto en el suelo
Cielo que de azul se viste.

  A la ribera de un lago
Que en memoria apénas veo,
Mirarte fué mi deseo
Y esa luz de amor no apago;
Cual ave en su suelo vago
Que el verla consuela a un triste,
Y si tu mirar persiste
Mezclando suave alegría,
Me dirás por qué ese dia
Vestida de azul saliste.

  Si tu traje fué de intento
Para lucir tu inocencia,
El céfiro su presencia
Te brindó como elemento;
Dichoso fué aquel momento
Que tu virtud sin recelo,
Estampó con dulce anhelo
La imajen de tu hermosura;
Fuiste con marcha segura
A competir con el cielo.

  Cual calandria en vuelo viaja
Cantando sobre el pensil,
Estiende el ala jentil
Y con su canto agasaja;
Tu gracia que jamas baja
Por el contrario sin duelo,
Donde jime el arroyuelo
Se oye tu voz amorosa:
Sirena que canta en prosa
Nadie habrá visto en el suelo.

  Esto y mas consideré
Que tu modesto vestuario,
Componia aquel erario
El signo en que me fijé.
Miré curioso diré
Y al jardin lo despediste,
Si tu modestía advertiste
La que en tí sola se encierra:
Por no he visto en la tierra
Cielo que de azul se viste.

  Al fin, me creo dichoso
Con verte en aquel paseo,
Siendo mi mayor recreo
Y el instante venturoso;
Desde ese entónce ya gozo
Un deber que consentí,
Bella será porque así
Me alegro de vez en cuando,
A la que yo estoi amando
Sin defecto es para mí.

Ver lira completa

LA CONDUCTORA Y EL PAJARITO

  En la puerta de mi carro
  Canta mucho un pajarito,
  De dia y de noche canta
  Qué cantar de pajarito!

  Cuando salgo de mi casa
Dirijida a la estacion;
Ya le oigo la entonacion
Y miro su mala traza,
Hai veces que me amenaza;
Cuando llueve y hai mas barro
Se me presenta de tarro,
Sabe que voi para el centro,
Llego a la empresa y lo encuentro
En la puerta de mi carro.

  Esta niña le avisó
A otra de su mismo empleo,
Su amiga dijo: te creo,
A mí tambien me pasó
Que, yendo en el carro yo,
Oí por mi cuello un grito,
Yo no le encuentro delito
Esto dijo a otra paisana:
Niña, sabes que a fulana
Canta mucho un pajarito.

  Esta a la madre avisaba
Del molesto pajarillo;
Dijo: si al zancudo pillo,
La anciana, que ella lo ahogaba;
La niña mas le contaba
Mamita, este se ataranta,
Me ha picado en la garganta,
Me persigue con vaivenes,
Desde aquí a los almacenes
De dia y de noche canta.

  Luego que el carro va andando
Y sube algún pasajero,
Tomo el marcador lijero
Y él a mi oido cantando.
Su voz me está molestando
Y yo no lo necesito;
Le he dicho: no lo permito,
Y él cargoso con porfia,
Y un cochero le decia
Qué cantar de pajarito!

  Al fin, al desengañarme
Dijo a la madre la niña:
El pájaro me acariña
Con intención a picarme;
Quisiera de él ausentarme;
Doi señas que es mui aludo,
Es bullicioso y coludo
Y de cuerpo bien delgado,
Y a las que les he contado
Me dicen de que es zancudo.

Nota: verso publicado por Nicasio García, ver.

Ver lira completa

ELOJIOS A UNA BELLA

  Eres peregrina rosa,
  Eres de la mar sirena;
  Eres del campo azucena,
  Eres gallarda y hermosa.

  Cada vez que miro y veo
Esa tu rara hermosura,
En mi alma un dolor apura
Al no hallar vuestro recreo;
Tú eres mi mayor deseo
Y el valle donde reposa,
Tu vista bella y dichosa
Ahuyenta mi amargo duelo,
Del jardin de mi consuelo
Eres peregrina rosa.

  Sublime naturaleza
Es la prenda de tu amor,
Donde persiste el candor
Que anida vuestra belleza;
Atesora tu pereza
Al jerminar en mi pena,
De mí quitas la cadena
De amor con que me aprisionas,
Y en el preludio que entonas
Eres de la mar sirena.

  Presumo en tí sea el mundo
Un brillo en tu pensamiento;
Consiste tu nacimiento
A tu carácter fecundo;
Eclipse donde me fundo
Hasta pisar en la arena;
Cautivo de quien me ordena
He de ser de tus amores,
Entre el tumulto de flores
Eres del campo azucena.

  Soi a mi razon cumplida
Para que torne halagüeño
La dulzura de mi sueño
En la esencia de mi vida;
Cual si viera tu partida
Sobre la senda olorosa,
Persona y vista preciosa
Hacen un cielo efectivo,
Y en tu mirar espresivo
Eres gallarda y hermosa.

  Al fin, pues, precioso encanto,
Calma el duelo que te asombra;
Al gozo que no se nombra
Por la que yo peno tanto;
Pone en mi pecho tu llanto,
Yo te doi esa franqueza;
Humana eres y así empieza
Tu infantil niñez notó,
Que sin ponderarte yo
Te hizo el cielo esta fineza.

Ver lira completa