El miedo á la bubónica

De un doctor intencionado
Salieron estos rumores
Las condiciones van peores
En este país codiciado.

I

    Los doctores hoy en día
Ya está bueno que se acaben,
Creo que ellos tanto saben
Como yo de poesía
Con toda verdad diría
Que estos son planes tirados;
Las casas que han quemado
Según á lo que se alcanza
Dicen que ha sido venganza
De un doctor intencionado.

II

    En situación muy penosa
Estamos los iquiqueños
Antes un puerto halagueño
Y hoy en miseria forzosa;
La clase menesterosa
Ni esperanza que se mejore,
No hay quien oiga los clamores
Aunque tengamos motivo
Por un mal facultativo
Salieron estos rumores.

III

    El primero que alarmó
Con la gran calamidad
Cometió barbaridad
Por todo lo que sucedió;
En este puerto se ordenó
No tocar los vapores,
Hoy los grandes consumidores
Se comen á los más chicos;
Por causa de malos ricos
Las condiciones van peores.

IV

    En Tarapacá los salitreros
Alarma hacen circular,
Si de huelga oyen hablar
Les tirita el cuerpo entero,
Hasta cuándo del estranjero
seremos tan mal mirados!
Bastante se han burlado
Y es bueno ponerle atajo
Cuando quieren nos dan trabajo
En este país codiciado.

V

Por fin, doctores amables,
No creen sus falsedades,
Y si existen enfermedades
Para nadie es admirable,
Porque son males curables
Que no pueden infestar
De aquí empiezan á engañar
En Santiago al mismo Gobierno,
A estos doctores del Infierno
Los habían de desterrar

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Y los pobres de la olla

    Porque siga la mentira
Varios planes han formado
Han acordado repartir
Víveres al necesitado.

I

    Por la Junta se nombró
De señoras la comisión
Que repartirá la ración
Que entre ellas se acordó
Cada una que aceptó
Muy conforme se retira
Pero si llevan las miras
Como Fisher para el pobre
Darán aquello que sobre
Porque siga la mentira.

II

    Debían las autoridades
Vijilar por esta jente
Y llamar á los Presidentes
De todas las Sociedades,
Ellos sí, con sus bondades
Lo hubieran todo acordado
Y se habría beneficiado
A muchos trabajadores
Entre monjas y superiores
Varios planes han formado.

III

    En ninguno de estos planes
El pueblo tiene creencia
Soportará con paciencia
Hasta cumplir sus afanes.
La caridad de Sultanes
El obrero no irá á recibir
Ni creo que puedan ir
A hincarles la rodilla.
De este puerto la polilla
Han acordado repartir.

IV

    Los ricos han de pensar
“El trabajador es sin talento
Porque hasta este momento
No se ha visto reclamar”
Pero tanto habrán de tirar
Que la cuerda habrá cortado;
Se verán muy asustados
Y se quedarán orejeando
Y de susto están pasando
Víveres al necesitado.

V

    Por fin haga lo posible
El Intendente con opinión
Y mande á cada Institución
Una parte de comestible
Para que tengan disponible
Para todos sus asociados:
No serían avergonzados
Los hombres de buen criterio
Que por no ir al monasterio
Se quedan sin ni un bocado.

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La olla del pobre

    Todas las mañosidades
Son el asunto del día
Una pechoña Comisión
Se ríe de su picardía.

I

    Este pueblo liberal
Con orgullo siempre ha sido
Y nunca ha pertenecido
A la sotana fatal.
Y es un acto criminal
Querer forzar voluntades;
Con personas de santidades
Nos quieren catequizar:
El pueblo no quiere aguantar
Todas las mañosidades.

II

En este puerto floreciente
Preferible es el morir
Y no tener que vivir
Como verdadero penitente;
Quieren que toda la jente
Se vaya á la Vicaría
A rogar á su señoría.
Si es que voluntad le sobre:
Bubónica y Olla del Pobre
Son el asunto del día.

III

Los mandatarios del puerto
Creo quieren obligar
Que se vayan arrodillar
A la lglesia con respeto
Para que el Obispo un boleto
Les dé para la ración.
Ya apesta la humillación
A que nos quieren someter
Porque ha alcanzado el poder
Una pechoña Comisión

IV

    Esta es la Ley del embudo
Por lo que se manifiesta,
La comisión está compuesta
De mujeres y pollerudos;
El hombre de trabajo rudo
A tal estremo no llegaría,
Más bien se permitiría
Emigrar á otras naciones;
Toda la tropa de mandones
Se rie de su picardía.

V

    Por último protestamos
Del obispo y la Comisión;
A no ser de su relijión
Más vale que allá no vamos
Con leal franqueza digamos
Que todo es un alboroto
!Para fregar á tanto roto
Hay ideas maliciosas,
La jente que es vergonzosa
No tocará ni poroto.”

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Vencida por el hércules de la ciencia médica

I

    Dice el señor Barahona,
Gobernador muy antojado
Debemos ser fumigados
Por órden de su persona.
Queda burlada su corona
Con la jente categórica
Que se precia de astronómica
Y conocen bien su derecho
¡Con qué cinismo y despecho
Nos pegan con la Bubónica!
II

Pasa desvariando el día
y no halla qué jiro tomar.
Creo tendrá que dejar
El mando y la soberanía
El Obispo lo advertía
Con su palabra católica;
Como cosa muy histórica
Han formado bien su enjambre,
Y para hacernos morir de hambre
Nos pegan con la Bubónica.

III

    Por fuerza quieren pasar
Algunos cato por loro
Que donde existe el tesoro
La peste no puede entrar
El rico va á tertuliar
A la nombrada Filarmónica,
Tiran planes con las cómicas
Nacidas en buena cuna.
Para que el pobre pase hambruna
Nos pegan con la Bubónica.

IV

    Si la tal peste existiera
No habría tanto mercantil;
El tren del Ferrocarril
A la pampa no saliera,
Será por ser estranjera
Y de la vida masónica:
No dice verdad platónica
El capitolio vecínico
Toda la junta de médicos
Nos pega con la Bubónica

V

Por fin ya nos aterra
El gobernador de este Imperio:
Al que no se da un zahumerio
Lo hace llevar á la guerra.
Los dioses de esta tierra
Son de la vida apostólica
Aunque clamemos á Verónica
Con un dolor temerario
Monte negro y otros varios
Nos pegan con la Bubónica

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