OTRO

Escucha, chico imprudente,
Diablitillo mai criado
Otra vez que estés sentado
A la mesa i haya jente
I te encuentres aflijido
No dirás, voi a emporcar
Si no me voi a pasear
Ténlo mui bien entendido.
    Al otro día en la mesa
Habia bastante jente
Cuando el niño de repente
A todos causa sorpresa
El chico hace contorciones
    ¡Basilisco, qué te dá!
    Calle la boca papá
Me hai paseado en los calzones

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Drama Bochornoso

    Tas, tas, tas, yo soi señora
Que he venido a su llamado!
—Entrad picaro malvado
Que va el rencor me devora,
Ois de su niño el llanto,
Pues acaba de nacer
I mi hijita al perecer
Está en la cama del parto.
—Sabe que está divertido,
Ahora sí, la asertó,
l qué tengo que hacer yó
Con niño recien nacido?
—Ahora sí, gran borrico,
¿No es tu hijo gran bribon?
—Con la voz del corazón
Digo que no es mio el chico,
I le diré sin pepita
Por lo que no paso susto,
Que hacen cuatro meses justo,
Hoi que conozco a su hijita.
—Burro ciego.—Na Máría
No me insulte.—Lo mereces,
—Pero para nueve meses,
Faltan cinco todavía.
    Caballo, perro, dañino,
¿Ignoras en realidad,
Que el niño que de esa edad
Nace en cuatro medecino?
—¡Señora! Señora! Dijo,
El jóven arrodillado:
Perdóname, si he dudado
Yo no sabía; es mi hijo
I casi muerto de gozo,
A buscar se precipita
Los padrinos i el curita,
I se casó. ¡Bravo el mozo!…

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NI OLAS NI PEÑAS
(CONTESTACION A LA CARTA ANTERIOR)

    En las porrascas del mar
Siempre zozobra la nave:
Cuando el piloto no sabe
Con cautela navegar;
I si solo se vá a echar
En los brazos del destino,
Ohl, poeta, ese marino…
Es probable que sucumba
I encuentre temiprana tumba
En mitad de su camino.

    Te dije que era un tesoro
I endulzaría mis penas
Al ceñirme con cadenas,
Con cadenas que son de oro,
Oh!, poeta, nunca el lloro
De mis ojos rodará,
Ni mi ser maldecirá
El haberme aprisionado,
Con cadenas que han logrado
Unir mi sér a otro yá.

    Como triste peregrino
Que errante vaga e incierto
I el corazón lleva yerto
I oscuró vé su camino,
Así es el fiero destino.
Del mísero sin hogar
Que los años ve pasar,
No encontrando un pecho amigo
Que le sirva de testigo
Cuando le abruma el pesar.

    Tal era mi vida ayer,
Tal era mi suerte impía:
Por do quiera me seguía
El dolor i el padecer.
Me case sin comprender,
Al ceñirme las cádenas,
Que en este mundo de penas,
De miseria i de placer,
Fuesé buena mi mujer
Como muchas que son buenas.

    ¿De qué sirve la hermosura
Si no es bello el corazon?
La hermosura es ilusion,
Pues instantes solo dura.
¡La mujer con amargura
Marchitarse vé sus galas!
I al ver sin brillo sus alas
Oh!, poeta, no te asombres
Tienen la culpa los hombres
Si las mujeres son malas.

    No calles que tu lenguaje
A muchos ha deslumbrado,
I otros mil se han engañado
En ese falso miraje,
La pasión no es su oleaje
A nadie jamas respeta;
Mas, no lo estrañes, profeta,
Te digo sin ironía:
No es cierta tu profecía,
Porque te enganas, poeta,

    Es cierto que al despertar
Un viaje incierto emprendemos
I casi nunca sabemos
Dónde vamos a llegar;
I espuestos a naufragar
Nos vemos siempre entre breñas.
Mas si la fé no desdeñas
De aquel que todo ha creado,
Llegarás como he llegado
Al puerto, si asi te empeñas.

X. X.

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OLAS i PEÑAS
(CARTA A UN AMIGO QUE SE CASA)

    Es borrascosa la mar
I tan frájil la barquilla
Que presiento allá en la orilla
Verte pronto a zozobrar:
Es tan fácil naufragar
Para el marino inesperto,
I hai tanto escollo cubierto
Con mantos blancos de espuma,
Que perdido entre la bruma
Quizas no llegues al puerto.
    Ella es hermosa… a tu ver
Tú la amas ¿i ella? ¡Quién sabe!
Es tan dificil la clave
De un corazón de mujer!
Fuera locura querer
Tal misterio penetrar;
Ella se quiere casar,
La ofreciste un buen marido,
Te llamaron «bien venido»
I hoi la llevas al altar
    Me dices «es un tesoro
«I ella endulzará mis penas:
«Hoi me ciño las cadenas
«¿Pero son cadenas de oro.»
¡Ai! qué locura, Teodoro
Hoi perturba tu razon?
Siempre grillos… grillos son,
Porque a ellos están ligados
Los hilos del corazón.
    Ave que el ala batía
En el etéreo palacio,
Cruzando ráudo el espacio.
Libre i alegre vivía,
I a la márjen de la ría
I al arroyo cristalino
Modulaba ayer su trino
Entre juncos i espadañas
I entre valles i montañas
Iba en pos de su destino;
    Tal era tu vida ayer,
Libre de enojos i lazos,
I hoi te aprisionan los brazos
Hermosos de una mujer;
Te casas sin comprender
Al ceñirte las cadenas
Que en este mundo de penas,
De miserias i placeres,
Hai muchas buenas mujeres,
Mas pocas mujeres buenas.
    Podrás saber si es hermosa,
Pero buena ¡qué quimera!
Una cosa es la soltera,
La casada es otra cosa;
Cual dorada mariposa
Que al tocarla descolora,
Al despertar de una aurora
Habrá perdido sus galas,
I al ver sin brillar sus alas
El alma su engaño llora.
    Pero, callo que el instante
No es oportuno por cierto,
Hoi que contemplan abierto
El Eden junto a tu amante;
Quiera el hado que constante
Su fulgor tu estrella guarde,
I al alumbrar en la tarde
De la vida tan sombría,
Puedas decir que mentía
Si de profeta hice alarde.
    Es la vida al despertar
Un viaje con rumbo incierto,
Algunos llegan al puerto
Otros quedan en la mar;
Hoi vas a la playa a anclar
I en que te siga te empeñas;
Mis ilusiones desdeñas
Mas nó mi razón desolas:
Vas a luchar con las olas
Ten cuidado con las peñas.

                                    Y.Y.

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Glosas de Amor
ÉL i ELLA.

                EL

    Yo te juro con dolor
I a tus piés me arrojaré
Pues de otro modo no sé
Como esplicarte mi amor.

                ELLA

    ¿No sabes jóven galante
Lo que del mundo es ventura,
Fugaz ola que arrogante
Vá a convertirse en espuma?

                EL

    De que espuma se convierte
Lo que de espuma salió
Pero este corazón nó
Solo la roca es mas fuerte,

                ELLA

    Sé que el agua desgastó
Al cabo una fuerte peña
Tal pasara a la doncella
Que seducida creyó.

                EL

    Si en figuras me entretiene
Mi hermosa, toda la vida
Esta mi alma adolorida
Vivir ya no le conviene.

                ELLA

    Si en tus brazos yo encontrara
Amor que amor corresponde
No sé, ni comprendo donde
El corazón te ocultara.

                EL

    ¿Tu corazón, por ventura
Esa sed de amor no siente
Que así se muestra inclemente
Gozoso de mi amargura?

                ELLA

    ¡Ah! nó, Perdona mi amor
Que cedo al fin a tu ruego
Pues de la pasión el fuego
Abrazó mi corazón.

                EL

    Ven, oh! bella mariposa,
A posar en este pecho.
—Será el nido, será el lecho
Donde dormirá una hermosa.

                ELLA

    Dormir, pues tal no creye[r]a
No sé si amar es dormir
Mas talvez será sufrir
Si el amar dormirse fuera.

                EL

    Desde luego un azahar
Colocaré con primor
Que perfume el corazón
Del ser que me sabe amar.

                ELLA

    Aparta, por un momento
Que siento mi alma oprimida
Pues sé que yo estoi vencida!…
Aliviando tu tormento,

                EL

    ¿Te he vencido? Mas por eso
Obligado te levanto
¡Que es eso! ¿por qué ese llanto?
Lo enjugaré con un beso.

                ELLA

    Con lágrimas de dolor
Bañado mi rostro está
Dispone luego que yá
Es tuyo mi corazón.

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Horroroso Crímen en
Coronel
ROMANCE

    Prestadme vuestra atención
Amable lector querido,
Os referiré un suceso
Hace poco acaecido.

    Pero se oprime mi voz,
No queriendo ser testigá,
De aquel crímen horroroso;
Que hoi el ejemplo me obliga.

    Obligado a describir
Este lúgubre relato,
Traza temblando mi mano
Tan horrible asesinato

    En el barrio Villa-Mora,
De Coronel inmediato,
Con el mas pérfido fin,
Llevóse a cabo este asalto.

    Era el ocho de Setiembre,
Dla funesto i fatal,
Para una pobre familia
Que nunca a nadie hizo mal.

    Que vivió siempre tranquila
En medio del pueblo bajo.
Dos mil pesos poseía,
Fruto fiel de su trabajo.

    I la envidia cual serpiente,
Que a la humanidad perdió
Engañando a la mujer,
Hoi al hombre lo engañó.

    Yo digo quieran los cielos,
Permitan jamas que en vano
Que sér alguno en la tierra,
Derrame sangre de hermano.

    Pues contaré a la lijera
Lo de aquellos bandoleros.
Son siete tigres sangrientos
O son siete compañeros.

    Diz que llegó uno primero
A casa de Eulojio Almendras,
I diz que un doble de vino
Pidió con mil componendas.

    De repente, enmascarados
invadieron el hogar,
I allí principian violentos,
Su crímen a perpetrar

    Brindóse, al señor Almendra
Cuando una mano traidora,
Hundió un puñal en su pecho
Alevosa i malhechora.

    I se oyó al propio momento
Una cruel detonación,
Bala que mató a la esposa
Traspasando el corazón.

    Vicencia Henriquez, su nombre,
De aquella mortal mujer;
Que antes de cerrar sus ojos
Vió la sirviente caer.

    Fué el alevoso puñal,
Que con furia descargó
El bandido.—¿Dónde está
El dinero? Preguntó.

    Hija de ambos desgraciados,
También, una niña había,
Que solo la vió un bandido
Cuando de la casa huía.

    Un pobre anciano tambien
Se encontró en aquel desastre,
El que dice se hizo muerto
Escondido bajo un catre.

    Cuando se creyeron libres,
Lo que pensaron primero,
Buscar las joyas i prendas
I robar todo el dinero.

    I mui luego cautelosos,
Abandonan el terreno,
Que en cadáveres sangrientos
Quedaba cubierto el suelo.

    I esta horrorosa trajedia,
Que a la luz de nuestro sol.
Los vecinos, dicen que era
Cuadro de desolacion.                  

    Toca pues, a la justicia,
Vengar tal alevosía;
Se sabe que mucho empeño
Despliega la policia

    Suspendo por un momento,
No pongo punto final
Si estos bandidos se encuentran
De ellos me vuelvo a ocupar ………
…………………………………………

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