Los engaños de la vida

  Nace la rosa de diana
I al momento se deshoja,
Celaje que el aire arroja
Echando su luz temprana,
Sombra pasajera i vana,
I de esto yo me presumo,
I con razón me consumo
Ver que un hombre ha de querer
Aquello que viene a ser
Flor, celaje, sombra i humo.

  Es una deidad finjida,
Que un hombre a querer anhela,
Polvo que se asienta i vuela,
Cruel engaño de esta vida.
Así la mas presumida,
Cuando se ve apasionada,
De su consorte privada
Por un fino padecer,
Aquello qué ¿viene a ser?
Alre, polvo, engaño i nada.

  La edad roba la hermosura,
El tiempo la desemeja,
En triste achaque la deja
Sin alivio i compostura.
La muerte la desfigura
Como tan claro advierte,
Que de una u otra suerte
Está la deidad mas bella
Aguardando en contra de ella
Edad, tiempo, engaño i muerte.

  Nace una hermosa mujer,
I nace para vivir
I vive para morir,
I muere para perder
Toda su pompa i placer.
Como bien claro se infiere,
Que la mujer cuando quiere
Ser con su dueño constante,
Es porque en el mismo instante,
Nace, quiere, vive i muere.

  Al fin, cuando la belleza
Pierde la mujer querida
En lo mejor de la vida,
Cambia de naturaleza.
Revestida de tristeza
La verán cuando la dejan,
Si sus pesares le aquejan,
Se verá siempre abatida
Pasando la edad florida,
Los años la desemejan.

Nota: décimas de López y Morán, “A mi hermana que perdió su hermosura por las viruelas”.

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