EL MINERO

           Hombres de artes i de oficios,
       No hai quien le iguale al minero;
       Es a todos superior,
       I es el primer tesorero.

    En la solitaria sierra
Oculto se halla el tesoro:
La plata, el cobre i el oro,
Que enriquecen a la tierra.
El minero, a viva guerra
I a costa de sacrificios,
Descubre con artificios
Lo que tan oculto está.
Diganme si no es verdá,
Hombres de artes i de oficios.
    A muchos un temporal
Suele pillar en la mina;
Siempre sucede tal ruina
En un rico mineral,
I en donde tánto mortal
Muere por ganar dinero;
Trabaja de Enero a Enero
sArriesgando su pellejo.
I solo por este riejo
 iguale al minero.
    Con su barreta apurado
Trabaja con fantasía,
I pasa dia por dia
En la tierra sepultado.
Lo que en un año ha ganado
A costa de su sudor,
Con la vanidad mayor
Viene en una hora a perder.
Porque para remoler
Es a todos superior.
    En la serrania pasan
Sin temer al leon terrible;
Para ellos no hai imposible,
Pues los riscos despedazan;
Las nevadas los atrasan
Cuando el invierno es severo.
El apir, el pirquinero;
Jamas hace su fortuna;
Pero sin duda ninguna
Es el primer tesorero.

    Al fin, estos operarios.
Que de año en año trabajan,
En la temporada bajan
A recibir sus salarios:
Hacen a otros millonarios.
I ellos, los descubridores.
Después de tántos rigores.
Por no aprovechar el bien,
Continuamente se ven
En los apuros mayores.
       Bernardino Guajardo.
Impreso por P. Ramirez.— Echáurren, 6.

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ROGATIVAS

           San Isidro, labrador
       Mándanos un aguacero.
       El santo dirá: — No quiero;
       Está irritado el Señor.

    El pueblo i sus relijiones
Se encuentran en rogativas,
Clamando por aguas vivas
Con sus ju[s]tas direcciones.
En estas aclamaciones,
Todos con sumo fervor
Rueguen al Supremo Autor
Que nos libre de una plaga,
I que este milagro lo haga
San Isidro, labrador.
    Si sigue la sequedad
I un aguacero no cae,
Será epidemia que trae
Espantosa mortandad.
Después, la necesidad
Azotará al reino entero;
La peste viene primero,
I para no sufrir tánto,
Tú, gloriosisimo santo,
Mándanos un aguacero.
    Los incrédulos no creen
En los rezos ni oraciones.
¿Por qué, infelices masones,
No piden a Dios tambien,
Para que nos haga el bien
I nó el castigo severo?
Vos, labrador medianero,
Clámale a su majestad;
I por tánta iniquidad
El santo dirá:— No quiero.
    A la patrona jurada
Del ejército chileno
Pidamos que a este terreno
Mande la lluvia deseada.
Madre la mas adorada
Del divino Redentor,
No hai reservado favor
Que con su hijo no consiga,
I es de temer que nos diga:
Está irritado el Señor.
    Al fin, todo fiel cristiano,
Postrado ante el crucifijo,
Ruegue a Maria i a su hijo
Nos bendiga por su mano.
Piedad, padre soberano
De suprema potestad!
Perdon de nuestra maldad
Humildemente pedimos;
I si esto no conseguimos,
Que se haga su voluntad
       BERNARDINO GUAJARDO.

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La fabula de Juana María Santander.

           Fábula mui bien compuesta
       Es la de Juana María;
       Ningún escritor podria
       Hacerla tal como el poeta.

    Primero nombra el lugar
I la familia de aquel
Que mui cerca de lllapel
Vino a servir de ejemplar.
Hizo a muchos bartular
La noticia tan funesta;
El entendido protesta,
I dice que este suceso
Es para engañar a un leso
Fábula mui bien compuesta.
    Nombra la muchacha bella
I el galan que la sedujo
Valiéndose del influjo
De los mismos padres de ella;
I despues sigue la huella
De la atroz carnicería
Que hizo en aquel mismo día,
Sin tenerles caridad.
Historia de falsedad
Es la de Juana María.
    Dos niñitos, mujer i hombre,
Furiosa los asesina
Para completar la ruina
I que solo quede el nombre.
Quién habrá que no se asombre
Al ver tánta villanía?
El autor, en poesía,
Asegura i áun apuesta
Que urdir mentira como esta
Ningún escritor podría.
    Al despertar a su amante,
Lleva una daga en la mano,
I le dice: «Aquí, tirano,
Morirás en el instante.
Con este acero cortante
La muerte se te decreta.»
I como es nulidad neta,
Bien se ve a la simple vista
Que no podrá un novelista
Hacerla tal como el poeta.
    Al fin, cuando concluyó
De matar tanto inocente,
Subió la cruel indolente
En un árbol, i se ahorcó.
Jamas hemos visto, nó,
Hechos tan estraordinarios.
A los que hacen comentarios
Advierto con claridad
Que como esto no es verdad
No lo publican los diarios.

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DESMENTIDO

    Lillo, con falsos sucesos
I vendiendo una hojita ancha,
Les ha pasado la plancha
A mas de cinco mil lesos.
Como sus quinientos pesos
Se calcula que habrá hecho;
Está en su justo derecho:
Yo tambien escribo fábulas,
I el pueblo al leer mis cábulas
Queda lo mas satisfecho.
    No es reprender la mentira,
Porque todo el mundo miente
Cuando halla por conveniente,
I de esto nadie se admira.
El poeta a veces delira
Por buscar una ocurrencia
O por hacer competencia
A otro que sepa mentir;
I entre tanto he de advertir
Que todo es intelijencia.
    Otro autor tambien relata
I asegura por de pronto
Que en la ciudad no hai un tonto,
I para el caso hacen nata.
Si Lillo ha echado guata,
Es porque tiene talento,
Memoria i entendimiento
Como persona ninguna;
Pues diez mentiras en una
Vienen a ser como un cuento.
    Muchos dicen de la ahorcada:
Por qué no sacó la lengua?
En la mentira esta mengua
Creo que está bien fundada.
La histerieta publicada
Con visos de verdadera,
Prueba que Antonio Contrera,
Este distinguido autor,
Miente mas que el inventor
De la mentira primera.
    Al fin el lance fatal
Donde dicho autor se firma,
Si le preguntan afirma
De que es mentira moral.
Indáguese cada cual,
I dejémonos de fiesta.
Aqui hallarán la respuesta
Sobre Juana Santander,
I al que la quiera aprender
Cinco centavos le cuesta.
       BERNARDINO GUAJARDO.

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Estatua de Arturo Prat.

           Hé aquí al gran personaje
       De nuestra patria querida,
       Que rindió su cara vida
       A impulso de su coraje.

    Aquí está representado
El marino mas valiente.
Que puso su pecho al frente
Cumpliendo un deber sagrado.
Todo el patriótico estado
Venga a rendirle homenaje,
Al que se fué al abordaje
De un monitor poderoso,
I a una voz digan con gozo:
Hé aqui al gran personaje.

    Iustrada juventud
Al pié de este monumento.
Rindámosle acatamiento
De amor i de gratitud.
Honrando la rectitud
De aquella alma esclarecida.
Que para no ser rendida.
Se hubo de sacrificar
En las aras del altar
De nuestra patria querida.

    Invito a los intendentes
De provincias i ciudades.
Las municipalidades
I hombres los mas influyentes,
Oradores elocuentes.
A todos se les convida.
Ved la estatua va concluida
Con tan acertado tino:
Este es el bravo marino
Que rindió su cara vida.

    Los bomberos por igual
Batan aqui su estandarte
Desde que han tenido parte
En un triunfo nacional.
I si a este acto festival
No vienen, será un ultraje.
De alto i de bajo linaje,
Uno por uno desfile,
Saludando al que honró a Chile
A impulso de su coraje.

    Al fin, para mayor gloria.
Que ocupe es interesante
Una pájina brillante
En nuestra preciosa historia.
Será una eterna memoria
Para la nacion chilena.
Yo por disipar la pena.
Ver dos monumentos quiero:
Arturo Prat, el primero.
I despues el de Mackenna
       BERNARDINO GUAJARDO.

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La buena muerte.

           La muerte me halla propicio;
       Aun tengo a felicidad.
       Entraré a la eternidad
       Por las puertas del suplicio

    Un prisionero de dos
Condenados a morir
Dijo: pronto he de sufrir
El martirio mas atroz;
I todo lo ofrezco a Dios
Como único sacrificio.
Voi a ser llamado a juicio
Al supremo tribunal.
Para este lance fatal
La muerte me halla propicio.

    Debo pagar con la vida
El delito mas enorme.
I es justo que me cenforme
Por haber sido homicida.
Venga la parca atrevida,
I a la mayor brevedad
Ejecute su crueldad
Dándome funesta muerte.
Porque morir de esa suerte
Aun tengo a felicidad.

    Si Cristo murió inocente
Enarbolado en la cruz,
No te olvides, buen Jesus.
De mí, que soi delincuente.
Justo Dios omnipotente,
Inmenso mar de bondad,
Ten de mi alma caridad,
Por tu infinita pasion.
I con vuestra bendicion
Entraré a la eternidad.

    Gloriosa vírjen María,
Hija del Eterno Padre,
A vos, compasiva madre,
Encomiendo el alma mia.
Tú; que sois segura guía
Del que implora tu servicio,
Como último beneficio,
Permitidme, virjen tierna,
Entrar en la gloria eterna
Por las puertas del suplicio.

    Al fin, cuando ya marchaban
Al patíbulo los dos.
Encomendándose a Dios,
El santocristo tomaban
En sus manos, i besaban
La cruz, madero sagrado
Del cordero inmaculado;
I el que mas culpable ha sido,
Cuando muere arrepentido,
Es sin duda perdonado.
       BERNARDINO GUAJARDO.

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Los reos Navarrete i Riveros.

           Con una muerte afrentosa,
       Ya con la vida pagaron
       Los que a uno asesinaron
       En casa del señor Ossa.

    Cuando capturados fueron,
Luego confesaron cómo
Mataron al mayordomo
I a una señora hirieron.
Este crimen cometieron
Con intencion alevosa,
I quizas mui poca cosa
Hubieron de aprovechar,
Para venirla a pagar
Con una muerte afrentosa.

    La justicia no podia
Tener de ellos caridad,
Por aquella iniquidad
Que hicieron en pleno dia,
I con tanta alevosía,
Que nada reflexionaron.
Los jueces los condenaron
A la pena capital.
Los de ese hecho criminal
Ya con la vida pagaron.

    De tres se dijo primero
Que iban a ser fusilados:
Los diarios, mal informados,
No han dicho lo verdadero.

El castigo mas severo
Solo a dos les aplicaron
Así es que se conformaron
Con la terrible condena
Sufrieron la misma pena
Los que a uno asesinaron.

    El lúnes por la mañana
En capilla los pusieron
Donde auxilios recibierón
De la relijión cristiana.
Estaba lo mas cercana
La ejecucion horrorosa;
Llegaba la hora forzosa
Para cada delincuente
Por haber muerto al sirviente
En casa del señor Ossa.

    Al fin, hoi toda persona
Pidamos con sumo anhelo
Que reciban en el cielo
Del martirio la corona.
Así nuestra fé lo abona
Con sentimiento profundo.
Dios eterno sin segundo,
Dadnos tu divina gracia.
Porque de una igual desgracia
Nadie está libre en el mundo.
       BERNARDINO GUAJARDO.

Impreso por P. Ramirez.— Echáurren, 6.

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La incredulidad.

           Dios no ha existido jamas;
       Tal Dios es pura invencion.
       El Dios de la creacion
       Es de nombre i nada mas.

    Un católico cristiano,
Si pasa a hacerse mason
Borra de su corazon
Su fé, i es peor que pagano.
Este apostata tirano,
Que ántes era tan capaz,
En vez de volverse atras
Para remediar lo errado,
Dice como renegado:
Dios no ha existido jamas.

    El que vende su conciencia
Por interes de dinero
Es semejante a Lutero,
Sin ninguna diferencia:
Abandona la creencia
De la santa relijion.
I si en una reunion
Alguien al Señor bendice,
El bribon vendido dice:
Tal Dios es pura invencion.

    Ya ven hasta dónde llega
La perversidad del hombre.
Que odia de Jesus el nombre
Cuando al demonio se entrega.
Lo que hai mas sagrado niega
Con pérfida obstinacion;
En cualesquiera cuestion
Afirma una i otra vez
Que la naturaleza es
El Dios de la creacion.

    El que ántes se confesaba,
Lleno de arrepentimiento,
Hoi huye del sacramento
Con que su alma alimentaba.
Ser un santo aparentaba
Este enemigo procaz.
I ahora, cual Satanás,
Dice, imitando a Calvino,
Que el sér de Dios, uno i trino,
Es de nombre i nada mas.

    Al fin, divino Jesus,
Padre misericordioso,
Perdona al supersticioso
Que ha profanado tu cruz.
Llénalos, Señor, de luz,
Concédeles el perdon,
I mereciendo este don,
Los incrédulos vendidos
Morirán arrepentidos,
Cual Dimas el buen ladron.
       BERNARDINO GUAJARDO.

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SUEÑO ASUSTADOR

           Soñé que me condenaba
       Por estar en tu amistad,
       Apartémonos mi vida
       No salga el sueño verdad.

    Desde hoi haré todo empeño
A dejarte bella aurora,
I tú tambien desde ahora
Elejirás otro dueño
Se me ha revelado en sueño
La suerte que me esperaba,
Si en tu amor perseveraba
Mi fin sería funesto.
I quizás pensando en esto
Soñé que me condenaba.

    Luego de haber despertado
Al momento imajiné,
I dije es posible que
Pase a ser tan desgraciado:
Tú sabes que un condenado?
Es para una eternidad,
Detestando la maldad
Buscaré al Dios inefable,
I el que me pierda no es dable
Por estar en tu amistad

    Esa noche prenda amada
Patente en el sueño ví
Que estabas cerca de mí,
En las llamas abrasada
Rabiando desesperada
Como fiera enfurecida,
I temiendo esta partida
De trascendencia tan alta,
Para remediar la falta
Apartémonos mi vida.

    Para ti te será sestraño
Que yo en este sueño crea
Pero puede ser que sea
Aviso de un desengaño:
No quiero labrar mi daño
Sino mi felicidad.
Si por nuestra necedad
En tal peligro nos vemos,
Mas bien que nos apartemos
No salga el sueño verdad.                  

    Al fin si yo fui el culpable
Quiero con justa razon,
Que tu noble corazon
No me acuse de variable;
El que me niegues no es dable
Un favor de tanta urjencia,
Yo como por penitencia
A una montaña me iré,
I nunca mas volveré
A ponerme en tu presencia.
                                   BERNARDINO GUAJA[RDO]

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EL PASEO AL RESBALON

           Al Resbalon muchachuelas,
       Vistanse todas de gala,
       Si alguna cae o resbala
       Vaya a que[jarse a] su abuela

    Ya van los dias domingos
Muchos a ese paseo,
Pasar de a cuadrillas veo
Franceses, yankes i gringos;
Pancho, ensillame los pingos
I tráeme las espuelas,
Despierta a las dos Manuelas
I a la Teresa i la Juana.
Diles como por jarana:
Al Resbalón, muchachuelas.

    Vayan donde la Rebeca
I conviden a la Justa
Que es tan alegre i le gusta
Bailar una zamacueca;
I para hacer una mueca
A un jóven no es nada mala.
Mui bien puede la Pascuala
Engañar a un galifardo.
Para que den su petardo
Vístanse todas de gala.

    Maten la pava, el pavo
I hagan de cada uno un fiambre,
Tengo una chicha que da hambre
Para sacarnos el clavo;
El aguardiente es tan bravo
Tal que ni el pisco le iguala,
Marchemos por esa escala
De industria o intelijencia,
Le perdono la evidencia
Si alguna cae o resbala.

    Niñas, en tal circunstancia
No hai que mostrarse ostentosas,
Porque las que son chinchosas
Llegan a dar repugnancia:
Si pierdo i no hago ganancia
Una por una se amuela,
En la misma carretela
O en la carreta talvez,
Yo la castigue i despues
Vaya a quejarse a su abuela.

    Al fin, llenen damajuanas,
Barriles, frascos, botellas.
I ustedes pónganse bellas
Aunque sean peor que ranas.
Busquemos por las chinganas
Un bailarin con culero;
Si hai cariño, habrá dinero.
I los niños de Santiago
Vendrán a tomar su trago
A la fonda del minero.

       BERNARDINO GUAJARDO.

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