La incredulidad.

           Dios no ha existido jamas;
       Tal Dios es pura invencion.
       El Dios de la creacion
       Es de nombre i nada mas.

    Un católico cristiano,
Si pasa a hacerse mason
Borra de su corazon
Su fé, i es peor que pagano.
Este apostata tirano,
Que ántes era tan capaz,
En vez de volverse atras
Para remediar lo errado,
Dice como renegado:
Dios no ha existido jamas.

    El que vende su conciencia
Por interes de dinero
Es semejante a Lutero,
Sin ninguna diferencia:
Abandona la creencia
De la santa relijion.
I si en una reunion
Alguien al Señor bendice,
El bribon vendido dice:
Tal Dios es pura invencion.

    Ya ven hasta dónde llega
La perversidad del hombre.
Que odia de Jesus el nombre
Cuando al demonio se entrega.
Lo que hai mas sagrado niega
Con pérfida obstinacion;
En cualesquiera cuestion
Afirma una i otra vez
Que la naturaleza es
El Dios de la creacion.

    El que ántes se confesaba,
Lleno de arrepentimiento,
Hoi huye del sacramento
Con que su alma alimentaba.
Ser un santo aparentaba
Este enemigo procaz.
I ahora, cual Satanás,
Dice, imitando a Calvino,
Que el sér de Dios, uno i trino,
Es de nombre i nada mas.

    Al fin, divino Jesus,
Padre misericordioso,
Perdona al supersticioso
Que ha profanado tu cruz.
Llénalos, Señor, de luz,
Concédeles el perdon,
I mereciendo este don,
Los incrédulos vendidos
Morirán arrepentidos,
Cual Dimas el buen ladron.
       BERNARDINO GUAJARDO.

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