Adolfo Re[l]les
(Po extra)

    Un rico momento pierdo
Contigo en tocar lirismo,
Que es tratar de patriotismo
O de ciencias con un cerdo.
Si fueras un tant0 cuerdo
No abortaras despanzurro,
Diciendo que “sois un burro”
Allí en tu ostrofa tercera
Y un animal con testera
En otra mas que discurro.

    Los insultos de un trompeta
Aqui no caben, rufian,
Amasa mejor tu pan
Con el combo y la barreta.
Tratar ¿que puedes veleta
De seso tan diminuto?
Conocieras como astuto
Un plural o un singular;
Pudieras al fin hablar
[   ] rias tan bruto!

    [   ] te he dicho: si a poetas
Como ellos quieres cantar
Luego te hará rebuznar
El futre de las tres cetas.
Te cruzaré las maletas
Con mi modesto baston,
Y al sentir la comezon
Arrancarás a las lomas,
A poner puntos y comas,
Tus versos sin puntuacion.

    Pero ¿que sabes de coma
Pobre animal cucaracho
Escoria del populacho
Que piensas que Francia es Roma?
Que Tonkin hoi es Sodoma,
Creyente del quinto cielo……
Inclinate y besa el suelo
Levanta y vé tu arrebol……
Por estudio del crisol
Que hiciste infeliz pilluelo!

    ¿De dónde agarro esta bola
Rosa mia, de los cielos?
Nos innunda con sus pelos
Si la tomo de la cola……
…………………………………… 
Allá vá, la carambola.
Toma taco hermosa mia;
Juguemos con valentía
Dadle mas soltura al !aco……
Y apalea a ese macaco
Con toda tu tirania!

Nota: Se defiende de este verso de Adolfo Reyes contra Rolak: lo que indica que “El futre de las tres zetas” es otro seudónimo de Rómulo Larrañaga.

Ver lira completa

A Balmaceda.

    Elévese una plegaría
Que parta del corazon,
Allá a la e[t]erna mansion
De la crip[t]a funeraría;
Allí, donde imajinaria
Se admira la sombra augusta,
En la morada mas justa
Donde calumnia no alcanza
Ni el odio con su pujanza
Con su ira mordaz e injusta.

    Relegado a las fronteras
Del civismo por cohecho,
La p[a]tria cayó en el lecho
Con sus bellas primaveras.
Mustías se ven sus praderas
Y a sus pies se abre un abismo
De atropello y de cinismo
Embustes y falsedad
En nombre de libertad
Y del santo patriotismo.

    Deshecha en contribucione[s]
Estalió aqui la tormenta
Cual horda voraz y hambrien[ta]
De zánganos y sabañones.
La equidad hecha jirones
Transformáronla en impuesto,
Y otro [y] otro anuncian presto
Sobre el pueblo infortunado
Mas que nunca amordazado
Y a los azotes dispuesto.

    Prometida nube de oro
Anunció bañar la tierra,
La nobilisima guerra
De los Dioses del tesoro
Mas, ¡verguenza! hoi es el lloro
Del huérfanos sin aliento,
De viudas sin alimento
Que a l[a]s puertas piden pan;
Mientras de los Dioses van
Sus millones en aumento!

    Hoi la patria sin ventura
Y atropellado el derecho,
Cae su pendon deshecho
Vuelve a la peor dictadura.
No es hoi la suerte futura
Que atesoro pecho honrado
De aquel que fué majistrado
Del hombre que con anhelo
Sirvió al carisimo suelo
No por traidor ni malvado!

Ver lira completa

Cuatro reos fusilados

de los cinco condenados
por el salteo de la hacien
da de San Juan del Peral
en la provincia de Santia
go.

    El Consejo del Estado.
Indultó en fallo postrero.
La muerte a Ramon Romero
Porque no fué tan malvado.
Constancio Cofré ultimado
Es con el niño Miranda,
Y los jefes de la banda,
Niers y Epifanio Core:
Los cuatro como se vé,
Por accion la mas nefanda.

    Esta partida de fieras
Siempre inclinados al mal,
A la hacienda del Peral
Cayeron como panteras.
Vejaron de mil maneras
Asaltando a una morada.
Y en esa triste jornada
Diéronle al patron la muerte,
Y la familia ya inerte
Cae en su sangre bañada

    Mas, la suerte ni ventura
No fué de los malhechores,
Y de un dia en los albores
Cabaron su sepultura.
Con la estrella que fulgura
De la naciente mañana,
Se rodeó a la carabana
Por la invicta policia;
Mientras tranquila dormia
Aquella récua inhumana.

    Despierta y en parapeto,
Fuego hace desesperado,
Y botan allí un soldado
Y a otro mas que aceptó el reto.
Pero, un bandido no quieto
La puerta abre de repente
Dispara sn alma a la jente
Y por ella paso abrió
Y antes de avanzar cayó
Por la bala de un valiente.

    La población sorprendida
Por la matinal batal[l]a
Acudió a ver la canalla
Que estaba toda rendida;
No era posible la huida
De la tropa criminal.
Se cumple la lei fatal
De la justicia en el templo.
[Del] mas luctuoso ejemplo
De la hacienda del Peral.

Ver lira completa