A Balmaceda.

    Elévese una plegaría
Que parta del corazon,
Allá a la e[t]erna mansion
De la crip[t]a funeraría;
Allí, donde imajinaria
Se admira la sombra augusta,
En la morada mas justa
Donde calumnia no alcanza
Ni el odio con su pujanza
Con su ira mordaz e injusta.

    Relegado a las fronteras
Del civismo por cohecho,
La p[a]tria cayó en el lecho
Con sus bellas primaveras.
Mustías se ven sus praderas
Y a sus pies se abre un abismo
De atropello y de cinismo
Embustes y falsedad
En nombre de libertad
Y del santo patriotismo.

    Deshecha en contribucione[s]
Estalió aqui la tormenta
Cual horda voraz y hambrien[ta]
De zánganos y sabañones.
La equidad hecha jirones
Transformáronla en impuesto,
Y otro [y] otro anuncian presto
Sobre el pueblo infortunado
Mas que nunca amordazado
Y a los azotes dispuesto.

    Prometida nube de oro
Anunció bañar la tierra,
La nobilisima guerra
De los Dioses del tesoro
Mas, ¡verguenza! hoi es el lloro
Del huérfanos sin aliento,
De viudas sin alimento
Que a l[a]s puertas piden pan;
Mientras de los Dioses van
Sus millones en aumento!

    Hoi la patria sin ventura
Y atropellado el derecho,
Cae su pendon deshecho
Vuelve a la peor dictadura.
No es hoi la suerte futura
Que atesoro pecho honrado
De aquel que fué majistrado
Del hombre que con anhelo
Sirvió al carisimo suelo
No por traidor ni malvado!

Ver lira completa

image_pdfConvertir a PDFimage_printImprimir

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *