VERSOS A LO DIVINO
La traición de Judas Is-
cariote

  Llevaron a mi cons uelo
A un lugar mui dista nte
¡Quién sabe si le olvida
Lo que me queria antes!

  Llegó Judas el traidor
Con cariño i embel eso
I tan solo con un beso
Entrego a nuestro Señor.
El enemigo invasor
Le prendió aun sin recelo
Aquel inmenso cautelo
Causó una gran osadía
Dijo la Vírjen Maria:
Llevaron a mi consuelo.

  ¿A quién buscais tan sereno?
Mi Dios, a ellos les dijo,
Le contestaron, de fijo,
Al tal Jesús Nazareno
Yo soi el de poder lleno
I mi fé siempre es constante
Dijo a Maria al instante,
Verónica en aflicciones;
Lo llevaron los sayones
A un lugar mui distante.

  San Pedro la espá sacó
De la vaina con sospecha
I la oreja derecha.
A Malco se la cortó
Pero el Señor la juntó
Dondo mismo i quedó unida;
Al tiempo de su partida
Habló con pena i sumiso,
La negacion que me hizo
Quién sabe si se le olvida!

  Tropas i turbas llegaron,
Inícuas, aquí lo advierto,
Estando orando en el huerto
Prisionero lo tomaron,
Por Jerusalen pasaron
Con él, pues, los ignorantes
Judas ha sido el causante
De este convenio fornido,
Si me habrá echado en olvido
Lo que me queria antes.

  Por fin, con mucha alegria
Marchó la omnipotencia
Al lugar de la inclemencia
Pensando en dar su agonia
En que todo sufriria
En una cruz enclavado,
De piés i manos atado
En la columna ¡qué horror!
Muriendo nuestro Señor
Todo el mundo fué salvado.

—Imp. Maturana 9-A

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