PASION i muerte de nuestro
amado Redentor

  Lloró la Virjen Maria
Cuando vió a su hijo amado
En dirección al Calvario
Cargando el leño pesado.

  Cuando ya lo sentenciaron
A muerte al buen Jesus
A que llevara la cruz
En sus hombros le obligaron
Los judios se burlaron
De él con gran osadia
En aquel horrendo dia
Todo era confusion
Con grande atribulacion
Lloró la Vírjen María.

  A poco de caminar
Cayó con la cruz pesada
I su túnica empapada
Con sangre hubo de quedar.
De allí se volvió a parar
Con ella todo llagado
En tan miserable estado
Con humildad caminó
Maria se desmayó
Cuando vió a su hijo amado

  Por segunda vez cayó
En tierra desfallecido
Sin exhalar un jemido
Con la cruz se levantó
De nuevamente siguió
Su marcha involuntario
I un fariseo contrario
Se rió con mofa i desden
Cuando pasó el sumo bien
En direccion al Calvario.

  El tal Simon Cirineo
Le ayudó a cargar la cruz
Al soberano Jesús
Con todo gusto i deseo
Desempeñó dicho empleo
En el momento angustiado
Digo yo en este fundado
Cuando adelante arribó
Por Jerusalen pasó
Cargando el leño pesado

  Al fin, cuando ya llegó
Al Gólgota el uno i trino
Con una lanza Lonjino
Su santo costado hirió
Ningún jemido exhaló
Estando cruci[fi]cado
Dijo el cordero inmolado
En medio de su dolor
Muero por el pecador
De piés i manos atado,

       JAVIER JEREZ
       Poeta Santiaguino.

Imp. Maturana 984.

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