A un San Pablo imitaba,
Habló el señor Donoso
Allá en la catedral
El mui santo relijioso.
Hizo las cosas presentes
Porque era necesario
En el cuarto centenario
De este nuevo continente.
Se mostró lójicamente
Que todo el mundo le alaba
Por lo bien que se espresaba,
Digo, escribiendo i rejistro
En su discurso el ministro
A un San Pablo imitaba.
Como un misterio divino
El presbítero Muñoz,
Con clara i vibrante voz
Elojió al noble marino,
Con elocuencia i tino,
Lleno de júbilo i gozo,
Por dón del gran Poderoso,
Cual querubin i un arcánjel,
Como por boca de ánjel
Habló el señor Donoso.
En el nombre del Señor
Al héroe de estas naciones
Le ha dado mil bendiciones
Por ser el descubridor;
Con casto i tan santo amor
En nombre del celestial,
Porque fué el principal,
Haciendo de él memorias,
Se le cantaron sus glorias
Allá en la catedral.
Todos los grandes señores
Al templo en primeras escalas
Lo revistieron de galas
Para hacerles sus honores,
Sabios leidos i autores
Han de quedar orgullosos
De ver el dia glorioso
Cual Eden del Paraiso
Es el recuerdo que hizo
El mui santo relijioso.
Al fin, yo como poeta
Impulsado por la fe,
Quisiera dar, i no sé
Una relacion completa;
Si no varia el planeta,
En la fortuna que imploro,
Con mi musa, con decoro,
Los esfuerzos del grande hombre
Porque se grabe su nombre
Con caractéres de oro.
