En nuestra Nacion vecina
Con el temblor mencionado,
Todo San Juan ha quedado
En una completa ruina.
Principió a temblar la tierra
Con una fuerza enorme,
Que nadie quedó conforme
Desde el mar hasta la tierra;
Ver tanta víctima aterra
Lectores, en la Arjentina;
Darse cuenta nadie atina
Con el temblor de anteayer;
Se vió un pueblo fenecer
En nuestra Nacion vecina.
A las cuatro principió
El terrible terremoto
I grande fué el alboroto
Que hubo, lo he sabido yo;
La jente al cielo clamó
Al verse en aquel estado;
Al Dios justo i tan amado
Misericordia pidieron
I muchos miles murieron
Con el temblor mencionado.
Toda la jente lloraba
I se encomendaba al cielo,
Con un grande desconsuelo
A morir se preparaba.
La mas valiente arrancaba
Hácia el vasto despoblado,
Buscando con mucho agrado
Refujio en esos instantes,
Sin casas, sin habitantes
Todo San Juan ha quedado.
Fué tan récio el sacudon
Que se sintió hasta Mendoza,
I en esa hora angustiosa
Temblaba hasta el corazon.
La jente pidió perdon,
A la potencia divina;
Según se dice i se opina
En los partes, mis lectores,
Que se hayan los moradores
En una completa ruina.
Al fin, los que fenecieron
No se saben cuántos son;
Los partes no dan razon
Del número que murieron;
Cuando el remezon sintieron
Muchos buscaron la call[e]
Antes que mi pluma falle
Voi diciendo lo que sé;
Pero mas tarde daré
Otro completo detalle.
