La infeliz Ana Sandon
De sentimiento se ahorcó,
A dos hijitos dejó
En una triste afliccion.
En Elquí, según pensar,
Sucedió lo que les cuento,
Hecho que causa lamento
I da lástima contar.
Despues de tanto llorar
La pobre pidió perdon,
Con su ahogado corazon,
De ver, pues, su mala suerte
Dispuso darse la muerte
La infeliz Ana Sandon.
Al ser ya menospreciada
De su consorte la bella,
Sin dar la menor querella
La dejó desamparada.
Por otra nueva adorada
El hombre la despreció.
¡Qué mal le correspondió
A su querida el malvado!
I de ver su honor burlado
De sentimiento se ahorcó.
Le prometió casamiento
De primera, el amador.
I despues cambió de amor
Olvidando el juramento.
Al pronto en su abatimiento
Triste se desesperó
I hácia el bosque se marchó
Sin tener ningún recelo.
Padeciendo sin consuelo
A dos hijitos dejó.
Lloraba, según mi ver,
Con un dolor incesante,
De ver su traidor amante
En brazos de otra mujer.
Sin poderse contener
En su amorosa pasion,
Llena de tribulacion,
Murió, han dicho los vivientes,
Dejando dos inocentes
En una triste afliccion.
Al fin, ya sin esperanza,
En un pesar sumerjida,
Mas bien se quitó la vida
Por no cobrar la venganza.
No quiso con él alianza
Solo por no padecer.
Disfrutando del placer
Estaba él mui cocoroco
I no les parezca poco
El verlo en otro poder.
DANIEL MENESES
CALLE DE ZAÑARTU, NUMERO 9
ENTRE SAN PABLO I SAMA
