Versos
DEDICADOS A LA ROSA ARANEDA
AL PIE DE SU TUMBA

  Al pié de su sepultura
Yo lloraré mis pesares;
En señas de que la siento
Le dedico estos cantares.

  Con pena i abatimientos
Tomo la pluma al pasito
Para hacerle este versito
En sus últimos momentos.
Pinto aquí los sufrimientos
I su mucha desventura,
Por ver si encuentro dulzura
Hoi en mis sufrires tantos;
Depositaré mis llantos
Al pié de su sepultura.

  Yo me oferto reemplazar
Desde hoi dia a la Rosita,
Con la tinta i la plumita
Sin jamas acobardar.
Lector, te voi avisar
En ocho mil ejemplares;
I si el conjunto de lares
Me propongan que decida,
De verme solo en la vida
Yo lloraré mis pesares.

  Claro hablo, digo i repito
Hoi que a la Rosa perdí
Cómprenme versos a mí
I verán lo que es bonito.
Escribiendo no me ajito
Porque me sobra el talento.
Con ilustre pensamiento
Sin revisar las historias
Siempre cantaré sus glorias
En señas de que la siento.

  Tranquila fué su agonía,
Aunque estaba harto postrada,
No dió ninguna boqueada
Mas bien demostró alegría.
Clamó al Señor en el dia
En sus divinos pensares;
Sus ojos fueron dos mares
Voi diciendo en lo que escribo,
I por el mismo motivo
Le dedico estos cantares.

  Al fin, el cuatro, señor
De Junio ella espiró,
I su alma al cielo voló
Con sacrificios mayores.
Fijense bien mis lectores
En los versos que hago yo.
Ya la Rosita murió,
Solo su nombre ha quedado
En muchas mentes grabado
Por la fama que tomó.

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