La Rosa Araneda
BATALLANDO CON LA MUERTE EN
SUS ULTIMOS MOMENTOS

  Muerte, si otra muerte hubiera,
Con tal que me libertara,
Plata i oro le pagara
Porque a tí muerte te diera.

  En la cama agonizando
Está esa aparte del mundo,
En un letargo profundo
El plazo i hora esperando.
Su alma a Dios encomendando
De una i otra manera,
Al ver que entra de afuera
Le dijo en sus agonías:
«Tal vez no me llevarias
Muerte, si otra muerte hubiera.»

  Cayó tan grave a la cama
De un ataque de improviso,
Sintió en su mente un aviso
Que a juicio el Señor la llama.
A su ánjel custodio clama
Mirándolo cara a cara,
Si acaso me acompañara
Le dijo hasta dar mi cuenta,
Contigo seria atenta
Con tal que me libertara.

  Ya estando deshauciada
I viendo su fin cercano,
Se encomendó al Soberano
I pronto fué confesada.
Pues estando preparada
Tal vez ella acobardara,
I si donde mi lograra
Poner su planta falaz,
Porque no volviese mas
Plata i oro le pagara.

  Si porfía por llevarme
Yo le diré no me voi,
Pues preparada no estoi
Mas bien pudieras dejarme.
Si tratas de amenazarme
Con tu facha como fiera,
De esta infame traicionera
Con tal de que me salvara,
A un quimico buscara
Porque a tí muerte te diera.

  Al fin, si con ironía
Sigue la muerte porfiando,
I alguna caula buscando
Para darle la agonía.
A que no le gustaria
A ella si fuera humana;
Que la justicia mundana
Por soberbia i por altiva,
La dejase aquí cautiva
Por todita una semana.

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