Las conductoras del puerto
Yo les diré como son.
De todito corazon
Les voi a decir lo cierto.
Número ocho es Leonor,
Tiene un zancudo, i primero
Del oficio zapatero,
Pero no le tiene amor.
Haciéndole pues favor
Yo les mando este concierto,
Como popular aspierto
Diré sin haber pensado,
Me tienen algo picado
Las conductoras del puerto.
Las cuatro palomas, digo,
Ambas cuatro son hermanas,
Por lo bellas i galanas
Me les oferto de amigo.
Las seis Hermelinda, obligo
Con su paco moceton;
Zancudo mui regalon,
Por esto mismo me fundo,
Al otro verso segundo
Yo les diré como son.
La número diez es Pozo
I su zancudo es un griego,
En amores, no lo niego,
Jóven bastante amoroso.
El con ella es cariñoso
Talvez por justa razón;
En el teatro Odeon
Los vi yo tan elegantes
Amarse estos dos amantes
De todito corazon.
La treinta, Victoria, tiene
Al setenta i ocho i cuando
La anda solicitando,
De antemano se previene.
A ella no le conviene
Hacerse de aquel injerto,
Que es planta en un huerto
I talvez no le convenga;
Cuando mas detalles tenga
Les voi a decir lo cierto.
Al fin, en este versito
Mis sentidos me proponen,
I pido que me perdonen
Si he cometido delito.
Como yo soi tan bendito
No sé lo que he hablado;
Es la verdad lo espresado
Como versero i autor,
Así no tengan rencor
Por haberla publicado.
