Cuecas
DE LAS CONDUCTORAS PORTEÑAS

  Una bella conductora,
Cuando sube en un carrito,
Encanta a los pasajeros
Con su cuerpo tan bonito.

  Tan bonito, sí,
Blanca Azucena,
Yendo siempre a su lado
No siento pena.

  No siento pena, sí,
Subiendo al carro,
Con mirarla parece
Que ya la agarro,
Así es, niña sencilla.
La campanilla.

  Si me enbarco en el Baron
Por seguir alguna bella,
Yendo serquita de ella
Se me alegra el corazon.

  El corazón ¡ai! sí
Llegando al puerto,
Me le atraco de frente
Haber si es cierto.

  Haber si es cierto, sí
En el momento
Le cobro la palabra
Del juramento,
Así es con gran belleza
Viva la Empresa.

  Cuando me miran tus ojos,
Niña morena.
No ceso de lamentarme,
En lugar de consolarme
Siento mas pena.

  Cuando te veo en el prado
Me da tristeza,
I lloro mi desventura
Con gran ternura
Por tu belleza.

  Cuando me dices «te quiero»
Siento gran gozo,
Me quejo: ¡hai de mí! digo
A ver si estando contigo
Tengo reposo.

  La vez que logré mirarte
Precioso cielo,
Sentí un agudo dolor,
I quedé por el amor
Yo sin consuelo.

  A fin adorado encanto
Ten pues de mi conpasion,
Mira que con afliccion
Yo por tí suspiro tanto.

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