La serenidad de Vilches
DE LA CELDA AL BANQUILLO

  Con mucha serenidad
El reo Vilches marchaba;
Un padre lo acompañaba
Exhotándolo en verdad.

  El lúnes por la mañana
Cumplieron lo decretado
Del gran Consejo de Estado:
Despues del toque de diana
Recibió con mucha gana
Su Divina Majestad:
Con una tierna humildad
En completo i sano juicio,
Marchó al lugar del suplicio
Con mucha serenidad.

  Mas de cuadra caminó
Con grillos i encadenado
El infeliz desgraciado
Hasta que al banco llegó:
Emocion les digo yo
Que en él nada se notaba;
Al Señor se encomendaba
Con pensamiento divino,
I al lugar de su destino
El reo Vilches marchaba.

  Mas de tres mil almas fueron
Adonde la ejecucion,
I les dio gran compasion
Cuando a Mefiton lo vieron:
Misericordia pidieron
Por él cuando los miraba.
La escena se presenciaba
Con la mayor sangre fria.
Consolándolo aquel dia
Un padre lo acompañaba.

  Un cuerpo de infantería
Presenció el fusilamiento;
I sintió gran descontento
Por la acción que allí veía;
Tambien fué la artillería
A aquella gran novedad;
Se despobló la ciudad
En el momento forzoso.
Lo acompañó un relijioso
Exhortándolo en verdad.

  Al fin, lector, en Iquique
Fué donde lo fusilaron;
Al reo ya lo enterraron;
No crean que esto es palique.
Con tal que nadie se pique
Esta ejecucion les cuento;
Ya cumplieron el intento,
Quiero ver cuánto han ganado:
Murió el heróico soldado
Por darle muerte al sarjento.

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