Fusilamiento del reo Vilches
EN IQUIQUE

  Luego que al banco llegó,
Se vió al reo mui penoso:
En el cadalso afrentoso
Ya con la vida pagó.

  Tristeza es ver al mortal
De la suerte maldecido,
Contrito i arrepentido
En el momento fatal.
¿Dónde habrá tormento igual?
Aquí les pregunto yo:
Nadie me dirá que nó.
I por ganarse la palma
A Dios encomendó su alma
Luego que al banco llegó.

  Con humildad i con razon
Iba a cumplir su destino,
Clamándole al Uno i Trino
Que le diera su perdon.
Como Dios de la mansion
Celestial i bondadoso,
A tu presencia con gozo
Iré porque estoi dispuesto:
I pensando en todo esto
Se vió al reo mui penoso.

  Triste i descorazonado
Llegó al lugar del suplicio,
En completo i sano juicio
Corrido i avergonzado
De verse que acriminado
Es por un hecho horroroso,
I sin remedio forzoso
Su estrella lo abandona:
Pagará con su persona
En el cadalso afrentoso.

  Se sienta sin ni un temor
En el patibulo, ufano,
Porque mira que en su mano
Llevaba a Nuestro Señor.
Pidiéndole con fervor
Contra el pecho lo atracó.
Despues que un beso le dió
Dijo el pueblo, entre imposible:
El asesino temible,
Ya con la vida pagó.

  Por fin, con mucha emocion
Al piquete le decia:
Que fije la puntería
Medio a medio al corazon.
Se oyó la detonacion
De la descarga que se hizo.
Porque era justo i preciso:
I su alma, con eficacia,
Al darle el tiro de gracia
Voló su alma al paraiso.

Imprenta, Moneda, 25

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