El sueño de la inocencia
Hazme, Señor, disfrutar;
Mañana, yo al despertar
Bendeciré tu clemencia.
Cuando el Supremo Hacedor
Pobló a la faz de seres,
Exento de los placeres
Crió al hombre superior.
I lo llevó con amor
A un huerto por complacencia.
I con mucha reverencia
Adan, porque era preciso,
Durmió en el Paraiso
El sueño de la inocencia.
El Creador de la alta esfera
En aquel momento, es decir,
Despues de hacerlo dormir
Le dió una compañera.
Era la mujer primera;
Lo comenzó a acariciar,
I el esposo al contemplar
Gozó de aquellas caricias,
I dijo: de estas delicias
Hazme, Señor, disfrutar.
Ya viéndose acompañado
En el huerto, el varon santo
Dijo: si la lei quebranto
Voi a caer en pecado.
Por la esposa fué engañado
Aquel dia sin pensar:
La fruta hubo de tomar
Adan, i dijo con voz
Te alabaré, santo Dios
Mañana, yo al despertar.
La mujer fué la causante
Que cometiese el error,
Por eso nuestro Señor
Lo castigó en el instante.
I pronto despues fué amante
Del sumo Dios de la ciencia;
Con humildad i paciencia
Soportó el castigo cruel.
Por mas que te he sido infiel,
Bendeciré tu clemencia.
Al fin, el Omnipotente
Lo arrojó pobre a la faz;
Le dijo: te mantendrás
Con el sudor de tu frente.
Porque fué desobediente
Tomó del fruto vedado,
Despues mui apesarado
Se vió, como lo verán:
La historia dice que Adan
Cometió el primer pecado.
Imprenta, MONEDA, 25-M
