Todo el mundo está sembrado,
La tierra da mil productos,
Pestes, ruinas en los frutos
Un castigo amenazado.
El orbe todo, en verdad,
Con las lluvias i vapores
Se ha tapizado de flores
Por toda una eternidad
Mi Dios con su majestad.
En los cerros elevados,
Por las selvas i collados
Canta alegre la avecilla,
I con la mejor semilla
Todo el mundo está sembrado.
Jira el sol en su carrera
Rodeado de sus planetas,
Satélites i cometas
Que circulan en su esfera;
I cuando ya el año entera
Se viste el campo de luto
I le rinde atributos
La mas hermosa colina,
I por la gracia divina
La tierra da mil productos.
Se afana el agricultor
Con el instrumento en mano
Para cosechar temprano
El fruto de su sudor;
Pero si acaso el verdor
Se marchita, le da susto;
Siempre pasa con disgusto,
Pensativo i descontento,
Porque le trae el mal tiempo
Pestes, ruinas en los frutos.
Llega la estación que aliña
Del verano grato anhelo,
Las aves con raudo vuelo
Jiran sobre la campiña;
La vejetacion se armiña
I florece el verde prado,
Dándonos mui delicado,
Fruto de un largo cultivo,
I por esto no concibo
Un castigo amenazado.
Por último, en primavera
Se florea todo el mundo;
Con un poder sin segundo
Trina el ave en su ribera,
I entona su voz parlera
Alabando al Poderoso,
I un cántico melodioso
Entona por la mañana,
Cuando el rei astro engalana
La tierra i el cielo hermoso.
