¡Caramba que es desparejo
El camino que he andado!
Me ha dado tanto trabajo
Por no haberlo emparejado.
Por la calle de la Amargura
Caminaba el Salvador,
Sufriendo un tan cruel dolor
Siendo de conciencia pura;
Marchaba con gran dulzura
Sin pensar en ningún riejo.
Como dándonos consejo
Cristo dijo en el tormento:
Del hombre su pensamiento
¡Caramba que es desparejo!
Cuando a marchar se previno
El gran humanado Ser,
Daba lástima de ver
Aquel Mártir tan divino;
Decia: Ya me convino
De que yo muera enclavado;
I al verse tan maltratado
Dijo el Dios de la creencia:
Me servirá de esperiencia
El camino que he andado.
Cuando en sus hombros tomó
La cruz con cariño tierno,
Pensando en el Padre Eterno
Mui humilde caminó.
De tres veces que cayó
En una quedó debajo;
I así no les pongo atajo
Jesus dijo en su pasion:
Del hombre la redencion
Me ha dado tanto trabajo.
Cargando el grueso madero
Lo llevaban los sayones,
I él les daba mil perdones
Como justo i verdadero.
En estado lastimero
Iba Jesus fatigado,
Caminando mui cargado
Con la cruz, insignia bella.
Tres veces cayó con ella
Por no haberlo emparejado.
Al fin, donde iba llegó
Sin exhalar un lamento;
Para morir mas contento
Al Padre se encomendó.
La Vírjen triste lloró
De ver a su hijo amado
Escupido i azotado;
Iba a dar él su agonía
En aquel horrendo día
Por redimir el pecado.
DANIEL MENESES
POETA NORTINO, Morandé, 8-A
