Dimas acompañó a Cristo
En la crucificacion:
Por haberse arrepentido
Alcanzó la salvacion.
Habiendo ya sentenciado
A muerte al divino Dios,
En el momento veloz
El buen ladron fué tomado
Preso, i murió a su costado
Tal como en un cuadro he visto.
I a contar no me resisto
Con tan nobles pensamientos;
I en sus últimos momentos
Dimas acompañó a Cristo.
Fué un ladron inclemente
En su vida estrafalaria;
Por los montes de Samaria
Era el terror de la jente.
Propuso el Omnipotente
Traerlo a la redencion.
Por divina permision
Se halló al lado de la cruz,
Acompañando a Jesus
En la crucificacion.
A su derecha se hallaba
El buen ladron, es decir,
Ayudándole a sentir
Cuando Cristo agonizaba.
Mui humilde lo miraba
Con su corazon herido;
Al verlo tan aflijido
Jesús le dió gran consuelo,
I se lo llevó él al cielo
Por haberse arrepentido.
Le prometió mui preciso
El Redentor, como digo:
Mañana serás conmigo
Allá en el Paraiso.
La promesa que le hizo
Fué llevarlo a la mansion,
I desde aquella ocasion
Se mostró sumiso i fiel;
Por haber creido en él
Alcanzó la salvacion.
Al fin, Dimas fué dichoso,
Tal como la Magdalena,
I ahora se halla en la buena
Disfrutando del gran gozo;
En la gloria con reposo
Está con los demas santos,
Gozando de los encantos
Sin culpas i sin delito.
I así, Señor infinito,
Mitiga mi triste llanto.
