A muerte está condenado
José del Cármen Garrido:
Al banquillo, yo lo he sabido,
Pasará el desgraciado.
Ya lo condenó el fiscal
En la primera sentencia,
Sin piedad i sin clemencia,
A la pena capital.
Se lamenta el criminal
Al verse encadenado;
Triste i mui apesarado
Lamenta su padecer;
El que ultimó a la mujer
A muerte está condenado.
El dice de que a su esposa
Con otro hombre la pilló,
I de rabía, dijo él, yo
La asesiné por mañosa.
I la justicia, celosa,
Por infame i atrevido,
Lo castigará al bandido
Sin compasión ni piedá,
I su crimen pagará
José del Cármen Garrido.
El niega que no la ha muerto
Por si en libertad lo dan;
Pero ya el juez, lo verán,
Le ha probado de que es cierto.
Es predicar en desierto
Favorecer al forajido,
Por el hecho cometido,
Morirá el pobrecito
I pasará lijerito
Al banquillo, lo he sabido.
Por su indigno corazon
Fusilarán al salvaje;
Aunque por él se trabaje
No le darán su perdon;
Una terrible emocion
Va a sentir el depravado
Cuando ya sea llevado
Del oscuro calabozo,
I al patibulo afrentoso
Pasará el desgraciado.
Al fin, la Corte dirá
Si la sentencia confirma,
I si él en negar se afirma,
Talvez se libertará.
Pero no conseguirá
Su perdon, por tal escena;
Malhaya, dice la hiena,
Pero malhaya está léjo;
I no firmará el Consejo
El indulto de su pena.
