Por tu gusto te agraviaste:
No tengo pena nadita;
El agravio del amor
Con otro nuevo se quita.
Ojalá nunca, traidora,
Hubiera logrado verte,
Por no sufrir una suerte
Tan triste i tan matadora;
Espero en Dios que en la hora
Te abatas donde llegaste,
Solo porque me dejaste
A mí, triste i pensativo;
Sin darte ningún motivo
Por tu gusto te agraviaste.
Cien pesos te regalé
A tí por una mirada:
Eso para mi no es nada,
Por mi gusto los gasté.
De tu amor yo disfruté
Algunos meses, hijita;
Nadie hoi por hoi me quita
Contar lo que me ha pasado;
I porque me habeis dejado
No tengo pena nadita.
Si no te hallas padeciendo
En otra parte con susto,
Verte es todo mi gusto
En un fondo de agua hirviendo.
Sola te estás maldiciendo
En la desgracia mayor.
Qué es lo que has hecho tu honor,
Te pregunto ingrata bella;
A mí no hace ni mella
El agravio del amor.
Si yo lo hubiera pensado
Que eras tan mal pagadora!
Malhaya la infeliz hora
En que yo fuí tu adorado.
Aquí olvido lo pasado
I te dejo qué bonita!
El corazón me palpita
De rabia dentro del pecho,
El desaire que me has hecho
Con otro nuevo se quita.
Al fin, Griselda del Canto,
Me despido como en prosa,
Infame facinerosa,
No puedo aguantarte tanto;
La cabeza me quebranto
I el verte me aterroriza.
Este verso es para risa
Dirá la jente al pensar:
Yo fuí el que vestí un altar
Para que otro diga misa
