Creo que usted se enojó
Porque yo se lo pedí:
Pidamelo usted a mí,
A ver si me enojo yo.
Si yo lo hubiera pensado
Que tan mal jenio tenia
I que mal le parecia,
No la habria incomodado.
Porque de amor le he hablado
Ninguna cosa perdió;
Es que tanto me gustó
Su mirar, por eso muero;
Sin mas que porque la quiero,
Creo que usted se enojó
No sea tan enojona,
Mire que eso no es bonito;
Ameme por un ratito,
Que será mi regalona.
De perlas una corona
Le daré con frenesí.
Desde cuando yo la ví.
Su dicha i virtud imploro:
I usted guardó su tesoro
Porque yo se lo pedí.
Ese mal jenio que tiene
Yo no hallo como quitarle;
Remedio quisiera darle,
Pero a usted no le conviene.
Digame de qué proviene
Su odio que le conocí;
Solo rabias conseguí
De sus caricias, perlita,
Para ver si se le quita,
Pidamelo usted a mí.
No tenga tanta impaciencia,
Sea un poco mas señora;
El rencor que la devora
Solo le trae indecencia;
Mire bien que su imprudencia
Al rostro ya le salió:
Tanto se desfiguró
Que ya parece una cera;
Digame usted lo que quiera
A ver si me enojo yo.
Al fin, si no se le quita
Su mal jenio, digo ¡zas!
En poquito tiempo mas
Se va a poner viejecita.
Con esa rabia maldita,
Se sale, hijita, muriendo;
I yo quedaré sintiendo
Su muerte, según pensar,
De ver que tendrá que estar
En los infiernos ardiendo.
