Dos reos
CONDENADOS A MUERTE EN IQUIQUE

  Hai dos reos en Iquique
A la muerte condenado,
Esperando su perdon
Del gran Consejo de Estado.

  El uno le dió la muerte
A su querido sarjento,
I hoi con triste abatimiento
Maldice su mala suerte.
Yo aquí quiero entretenerte,
Lector, no te vas a pique,
Ni digas que esto es palique
Lo que hablo en mi poesía:
Esperando su agonía
Hai dos reos en Iquique.

  El otro a una señorita
Le dió la muerte a puñal,
I se hizo mui criminal
En su lujuria maldita.
De balde el pobre se ajita
Con grillos i encadenado,
Se lamenta el desgraciado
I clama al divino Dios,
Al ver que se hallan los dos
A la muerte condenado.

  Sufriendo gran sacrificio
Los dos reos estarán;
Sabe Dios que sufrirán
Meditando en el suplicio.
Dios los va a llamar a juicio
A la celestial mansion.
Con humilde corazon
Claman a la virjen pura,
I se hallan con gran ternura
Esperando su perdon.

  Primera i segunda instancia
Les firmaron la condena,
I el indulto de su pena
Esperan los dos con ánsia.
Yo aquí con mucha arrogancia
Clamo al Dios de lo creado,
Escribiendo con cuidado.
No tropiezo con el bulto,
Para ellos quiero el indulto
Del gran Consejo de Estado.

  Al fin, la solicitud
Ya de Iquique la mandaron:
Misericordia imploraron
Con bastante prontitud.
I aquí nuestra juventud
Reclámele al Presidente,
Porque el caso es mui urjente,
En mi verso le reclamo,
I así a compasion lo llamo
Que se muestre mas clemente.

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