Crímen en Nuñoa
EL DESPACHERO QUE ASESINÓ A UN
HOMBRE A GARROTAZOS

  En Nuñoa un despachero
El domingo, de improviso,
Con un garrote macizo
Le dió la muerte a un chichero.
Fué el garrotazo tan fiero
Que le pegó el insolente!
Rieniega como un demente
Causa de la suerte ingrata:
Por eso es de que se mata
Una con otra la jente.

  Llegó a su casa a beber
El roto con armonía
Cuando siguió la porfía
Con el dueño, en mi entender.
Este, usando del poder,
Le pegó traidoramente;
¡Ai! dijo el pobre i se siente
Caer al suelo de guata;
Por eso es de que se mata
Una con otra la jente.

  Le dió el palo tan lijero
I se quedó mui formal:
Luego llegó un policial
I lo llevó prisionero.
El juez, según considero,
No se mostrará clemente:
Pegarle hasta que reviente
Por interes de la plata:
Por eso es de que se mata
Una con otra la jente.

  Mas creo que ni un motivo
Le dió el occiso al maton,
Para que en su bodegon
Se mostrase tan altivo.
Hoi que ya se halla cautivo
Llega a dar diente con diente.
Para ver si se arrepiente
Le doi reprension barata.
Por eso es de que se mata
Una con otra la jente.

  Por fin, encalabozado
Se encuentra ya el asesino,
Cumpliendo su cruel destino,
Con grillos i encadenado.
Se halla mui apesarado
De lo que hizo, al presente
Baja la vista i la frente
I en lagrimas se desata:
Por eso es de que se mata
Una con otra la jente.

DANIEL MENESES
POETA NORTINO, ZAÑARTU, 14

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