Mas detalles sobre el duelo
I ESTADO DE LA HERIDA DEL CORONEL
BOONEN

  Grave se halla el coronel,
Triste i con pena en la cama:
I a juicio el Señor lo llama
A fin de que crea en El.

  El doctor Barros Borgoño
Dijo con su voz de gala:
—No es menester, colegas,
De estraerle, pues, la bala.

  El enfermo está mejor;
Ya no peligra su vida,
Porque va, hasta el presente,
Marchando mui bien la herida.

  Por un milagro divino
Escapó de la cruel muerte:
Es que tiene mucha suerte
I en el tirar poco tino.

  Las monjas en rogativa
Estaban porque muriese;
Esto bien no me parece,
Lo digo con voz altiva.

  Los dos fueron a batirse,
Pero caballeramente,
I el viejo, como impotente,
Pronto quiso definirse.

  Al pueblo voi a contarle
La opinión del Pililo;
Escribo en el mismo estilo,
Sin ponerle ni quitarle.

  Ha dicho el periodiquito
Algo del duelo, lo infiero,
Que en aquel lance de honor
Canto le pegó primero.

  El duelo fué asesinato,
Digo sin hacer alarde.
Como lo hace el que es cobarde
Le pegó el zambo mulato.

  Amartillaron los dos
La pistola i qué sé yo;
A la voz de los testigos
Tan solo un tun se sintió.

  Se dice de mui verdad,
I nadie dirá que no,
Que a su adversario, lector,
Canto el brindis le ganó.

  Cayó el coronel de espaldas
Herido cerca del ojo;
¿Por qué no tiró primero?
Muchos dicen que por flojo.

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