EL AMANTE
QUE ASESINÓ EN LA CALLE PÚBLICA
POR CAUSA DE LOS CELOS

  ¡Tiembla la pluma en la mano,
Horroriza al corazon!
Al escribir el suceso
Me da una cierta emocion.

  No solo en Chile, señores,
Se ven crímenes sangrientos:
En otros paises cruentos
Se ven i demas horrores.
Yo al corriente a los lectores
Los pondré con pecho sano.
De uno recien que un cristiano
Cometió les doi aviso,
I al pensar en lo que hizo
Tiembla la pluma en la mano.

  Dicho sujeto trataba
Con una jóven sirvienta,
I para tomarle cuenta,
En la calle la esperaba.
La infeliz no maliciaba
Que estaba él vuelto Neron.
Se abalanzó el tiburon
Como el rayo i la centella,
I al ver lo que hizo con ella
Horroriza el corazon.

  Jacoba inocentemente
En aquel mismo instante,
Muirió nombrando a su amante,
Entre muchísima jente.
Hoi por hoi el delincuente
En la cárcel se halla preso,
Bueno que sufra por leso
Es lo que deseo hoi yo.
La pluma se me cayó
Al escribir el suceso.

  Son once tajos cabales
Todos los que le pegó
I con los cuales murió
Porque fueron mui mortales.
No hai en ningunos anales
Otra igual comparacion.
Yo en esta composicion
Ningunos detalles pierdo,
I cuando el crímen recuerdo
Me da una cierta emocion.

  Al fin el autor malvado
Hoi llora su cruel destino,
I pronto al cadalso indino
Irá bien asegurado.
El hecho que ha ejecutado
No se le halla parangon,
Por eso es que con razon
Ha de pagar su delito;
Mas que clame al infinito
No conseguirá el perdon.

DANIEL MENESES
POETA NORTINO, ZAÑARTU, 9

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