Los tres reyes del oriente
Marcharon con precision,
Con toda veneracion
Por ver al Omnipotente.
Salieron de la Perea
Buscando al hermoso niño,
Los magos con gran cariño,
En dirección a Judea.
Con santa i divina idea
Llegaron hácia occidente.
I la estrella refuljente
En su marcha los guiaba,
I entraron donde El estaba
Los tres reyes del Oriente.
Primero a Jerusalen
Los tres monarcas llegaron,
I a Herodes le preguntaron
Por el que nació en Belen.
Les dijo el rei: «Si lo ven
Vuelvan acá en la ocasion
A darme una esplicacion
I la parte donde esté.»
Sin mas señas que la fé
Marcharon con precision.
Llegaron hácia el portal
Los tres nobles soberanos,
Valientes, grandes i ufanos,
Por ver al Rei celestial.
Con un gozo sin igual
Le hicieron la adoracion
Con respeto i atencion
A aquel divino linaje;
Le rindieron homenaje
Con toda veneracion.
Despues que se separaron,
De donde el niño divino,
Estraviaron el camino
I a Herodes no le avisaron.
De este modo se burlaron
De él veridicamente,
I el rei se sintió impaciente
I dijo con voz airosa:
«Pagara no sé que cosa
Por ver al Omnipotente.»
Al fin, el rei enfuriado
Lo dijo i lo prometió:
«Este niño que nació
Tiene que ser degollado»
I fué el decreto firmado
Con ironía i sonrisa.
Bajó el ánjel i les avisa
A San José i María
Que partiesen aquel dia
Para el Ejipto con prisa.
Imprenta, MONEDA, 25-M