Señores: en Guayaquil
Ha habido un terriblo incendio,
Al cual yo daré un compendio
De aquel pueblo varonil;
Ardia como un candil
Con el voraz elemento;
De un momento a otro momento
Las llamas aparecieron
I con rapidez cundieron
Ayudadas por el viento.
En el incendio al pensar
Cinco monjas se quemaron,
I muchos miles quedaron
Desnudos i sin hogar.
Tan solo de oir contar
Temblaron los corazones;
I franco en estos reglones
Contaré lo que sufrieron,
I todo lo que perdieron
Pasa de ochenta millones.
Nuestro gobierno ordenó
Que un barco fuese al momento,
Con ropa i con alimento,
Esto bien lo encuentro yo;
I el que me diga que nó
Se pasará de tirano.
Todo aquel que es ciudadano
Ayude con su salario,
Porque es hoi mui necesario
Protejer a un pueblo hermano.
