San Juan vió, dice la historia,
La gran celestial mansion,
En una revelacion
Conoció toda la gloria.
Siendo el cuarto escritor
Del evanjelio cristiano,
Ascendió cual soberano
Al gran trono del Señor.
Sujeto tan superior
Fué en su vida ilusoria,
Solo él cantó la victoria
Con santo i cariño tierno;
Los palacios del Eterno
San Juan vió, dice la historia.
Subió en espíritu al cielo
Estando durmiendo un sueño,
Con un semblante halagüeño
Emprendió el raudo vuelo.
A qué dicha i qué consuelo
Alcanzó en esa ocasion,
Según pública version
En el testo que escribió,
Porque apuntado dejó
La gran celestial mansion.
Vió el libro de la verdad
Con siete sellos sellado,
Con los ánjeles rodeado
En la divina ciudad.
También a la majestad
Que le causó admiracion
I escribió con presicion
Para dar cuenta cabal;
Vió al imperio celestial
En una revelacion.
Un ánjel le enseñaló
Las grandezas eminentes,
I el teólogo en su mente
Toditas las apuntó.
Tanta lindura encontró
En la ciudad meritoria,
Para esplicar no hai memoria
Como que aquí lo verán;
I en espíritu San Juan
Conoció toda la gloria.
Al fin, despues que ya vió
La gran mansion de tesoro,
Con una caña de oro
Dicen de que la midió.
El ancho, el largo nos dió
De la ciudad eternal;
Con la persona anjelical
De la Concepcion mas pura;
Escribió aquella hermosura
Que en el mundo no hai igual.
