De todos los desgraciados
Que a San Juan fueron, me creo,
A ejecutar el salteo,
Cinco han sido fusilados.
Con tristeza i atencion
Tomo la pluma con pena
Para narrar esta escena
De la cruel ejecucion.
Ponga el lector atencion
I fíjese en los grabados,
Que es donde van figurados
Los infelices mortales.
Son pues, los mas criminales
De todos los desgraciados.
Zozobrados de mirar
En el banco los humanos,
Ver morir nuestros hermanos
Darán ganas de llorar.
No ceso de aconsejar
Al público en lo que veo,
Aunque lo tengan por feo
Les advierto a mis lectores,
Estos son los malhechores
Que a San Juan fueron, me creo.
Esto sirva de escarmiento
Al moderno i al anciano,
I en la lei del Soberano
Nunca falta al mandamiento;
De lo ajeno ese momento
Talvez tendrian deseo,
A desempeñar su empleo
Sin Dios ni Santa María
Se marcharon aquel dia
A ejecutar el salteo.
Ahora los pobrecitos,
Ya dejando el calabozo,
Que mueran será forzoso
Para purgar sus delitos;
Por crímenes inauditos,
A muerte fueron penados,
I los demas condenados
Han ido a Penitenciaria,
Por una accion temeraria;
Cinco han sido fusilados.
Al fin, por órden del juez,
Les leyeron la sentencia
A los reos, sin clemencia,
En esa última vez.
¡Ve lo que es el interes!
Que al hombre hace criminal;
Decirlo es mui natural
Cuando ya se les comprueba,
La desgracia se los lleva
Hácia el banquillo fatal.
