De plata un gran puñado
Sacó el huaso i le ofreció,
La dama no le admitió
I él se quedó burlado.
Le juraba i le decia
Que fueran a donde el cura:
para tenerla segura
No hai duda él la convia.
La dama le dijo: Ud.
Me habla de casamiento,
I a su falso juramento
Despues le contestaré.
El la trató de abrazar
Para lograr su intencion,
I ella le dió un empujon
Con el que lo hizo tesar.
Se tiró como a enojar,
Pero se recobró al momento,
Diciendo entre el pensamiento:
No la tengo mas de hablar.
Volvió siempre al mismo punto
Porque el otro lo aconseja,
I se le atracó a la oreja
A hablarle del mismo asunto.
El nombre de la madama
Se llamaba Juana Rosa:
Era bella i mui hermosa
I de amor ardia en llama.
I para hacerse querer
Tenia un cierto modito,
Gorda pierna i pié chiquito,
I mui bello proceder.
Con un cuerpo mui esbelto
Dejaba al hombre encantado,
Engolfado en sumo grado,
I en una esperanza envuelto.
Tenia el pecho de iman
I la mano pequeñita,
La boca mui chiquitita
I un corazon de volcan.
Una graciosa sonrisa
En sus labios de coral,
I su cara anjelical
Parecia una sonrisa.
Ya dí todos los detalles
De la dama como son,
I al huaso en otro renglon
Lo pondré, aunque no se halle.
(Continuará)
ROSA ARANEDA
CALLE DE ZAÑARTU, NUMERO 9
ENTRE SAN PABLO I SAMA