Reflexiones filosóficas
DE UN PECADOR

  No hai que estar confiado
En las glorias del vivir,
Porque se puede morir
El dia ménos pensado.

  Al hombre que se confiesa
Dios le da sociego i calma,
Porque conserva su alma
En la mas pura limpieza.
Es un signo de nobleza
Si se muere sin pecado,
Entra al tribunal sagrado
Con el alma arrepentida,
Pero siempre én esta vida
No hai que estar confiado.

  Otros hai que con rezar
Dicen la gloria gané
por no hacerlo con fe
Se han sabido condenar.
I yo al ponerme a pensar
Aquí les voi advertir,
Pues no es dable presumir,
Diré a los obstinados
No pasen encenegados
En las glorias del vivir.

  Por la iglesia el buen cristiano
Olvida su propia casa,
Pero con su lengua crasa
Pelando al jénero humano.
La beata que temprano
Se viste para salir
Hácia el convento a dormir
Va i comete obras impías;
No lo haga todos los dias
Porque se puede morir.

  Si alguno que por recelo
A la relijion no adora,
Llegándosele la hora
Se muere i sube al cielo.
Sale triste, sin consuelo,
Para donde es destinado;
Despues que va es juzgado
Su ánjel en el oratorio
Lo saca del purgatorio
El dia ménos pensado.

  Por fin, digo aunque es estraño:
El que se quiera salvar
Fijese para pisar
Que este mundo es un engaño.
La oveja que del rebaño
Se aparta o se desenreda
Lo único que le queda
Es volver a su morada,
Lei infinita i sagrada
Para orar lo que mas pueda.

ROSA ARANEDA
CALLE DE SAMA. NÚMERO 16-G

Ver lira completa

image_pdfConvertir a PDFimage_printImprimir

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *