Versos de la vida
I LAMENTOS DEL JUDIO
ERRANTE

  Desde la Era cristiana,
Samuel, el Judío Errante,
Anda, anda noche i dia.
Sin descansar un instante.

  El dia del Viérnes Santo
Despues que Cristo espiró,
De Jerusalen salió
Sin haber ningún quebranto;
Recorrió con ataranto
Primero, la parte indiana,
Mui triste i de mala gana
A la verdad, quién creyera,
Vaga él, sin que se muera,
Desde la Era cristiana.

  Si se detiene un momento
Una voz del Infinito,
Le dice, anda maldito,
Aunque te falte el aliento;
Suspira con gran lamento
El infeliz caminante,
Fatigado i anhelante
Por el desierto penoso,
Jamas encuentra reposo
Samuel, el Judío Errante.

  Cruza los inmensos mares
Sin que le hagan resistencia,
I sufre con su paciencia
Los tormentos i pesares;
Recorre varios lugares
Por ver si encuentra alegría;
Con pena i melancolía
Alza los ojos al cielo,
Sin poder hallar consuelo
Anda, anda, noche i dia.

  Por las sierras, sin tardanza
El hielo el frio i la escarcha,
No le impiden su marcha
A él, porque siempre avanza:
A los lagos se abalanza
Cuando los tiene delante;
En todo sale triunfante
I hasta de él huye la muerte,
Maldice su mala suerte
Sin descansar un instante.

  Al fin, ya ha recorrido
Las cinco partes del mundo,
Con un dolor tan profundo
Se halla mui arrepentido:
Del yerro que ha cometido
Pide perdon jeneral:
Como justo i natural
Es cosa que lo han de ver,
Cesará su padecer
El dia del juicio final.

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