Un adios eterno
VERSOS DEDICADOS
AL VICE ALMIRANTE OSCAR VIEL

  En la tumba de un amigo
Lloraré mi desventura
Encomendándolo a Dios
Al pié de su sepultura.

  Las ninfas de los jardines
Le depositarán flores,
Por hacerle los honores
Al compas de los clarines.
Malva, azucenas, jasmines,
Le han de adornar como digo,
Porque tiene de consigo
Con tan santa i justa fe;
Lágrimas derramaré
En la tumba de un amigo

  A dejarle sus coronas
De gran esplendor i briso,
Desde el mismo paraiso
Han de venir en personas.
De perfumadas congonas
Para eternar su dulzura,
Todas con mucha ternura
Vestidas de un blanco azahar,
Cuando las vea llegar
Lloraré mi desventura.

  Reinará la siempre viva,
A los rayos de la luna,
I el héroe con gran fortuna
Mil homenajes reciba.
Cuando su vida escriba,
No será el tiempo veloz;
Hoi con apacible voz,
Con una abnegación suma,
Iré triste con la pluma
Encomendándolo a Dios.

  Fué un marino afamado
El noble don Oscar Viel,
Valiente, patriota i fiel
I de todos mui amado.
Fué en la moral ilustrado
I de mui bella figura.
Por ser de conciencia pura,
Las lagrimas a torrentes
Derramarán sus parientes
Al pié de su sepultura.

  Al fin, la patria de duelo
Se halla desde sur a norte
Porque ha perdido un resorte
Jime sin tener consuelo.
Su familia con anhelo
Es la que mas ha sentido,
Solo de ver que ha perdido,
A un hijo que tanto amó;
Todo el hogar, pues, quedó
En un pesar sumerjido.

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