EL HOMBRE QUE SE SUICIDÓ
EN LA CALLE DE YUNGAI

    El Sabado que pasó
Lestores, doi a saber
Un hnmbre por su querer
La vida se la quitó.

    Este crimen admirable
Ha causado gran espanto
Con un entusiasmo tanto
Se encuentra la jente afable.

    Hacia tiempo bastante
Que se encontraba en el norte
Sin saber que su consorte
Vivia con otro amante.

    A rodar tierras salió
Por ver si hacia su suerte
Sin pensar de que la muerte
La guadaña le enterró

    El se hallaba en la buena
Porque encontró su fortuna
I el dia menos pensado
Quedó mirando a la luna.

    En la noche se llevaba
Pensando él en su mujer,
Si en donde está agregada
Si le darán de comer

    Un dia estando durmiendó
Traquilo alegre y risueño
Mi mujer dijo en el sueño
El gorro me está poniendo.

    Tan presto que despertó
Arregló todas sus cosas
I se embarcó en el vapor
Con una furia espantosa.

    Habiendo llegado a Chile
Se desembarcó en el puerto
En busca de su mujer
Anduvo el mui aspierto.

Se dice que en la posada
En donde el se alojó
A su mujer con su lacho
Abrazados los pilló

Al verlos durmiendo juntos
Como un león se enfureció
Con un revolver cargado
Un balazo se pegó

Al fin la sangre corria
Dicen los que presenciaron
Su cadáver yerto y frio
A la morgue lo llevaron.

            JAVÍER JEREZ

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2 thoughts on “EL HOMBRE QUE SE SUICIDÓ
EN LA CALLE DE YUNGAI

    • Gracias Tania, pero en la transcripción respeto las erratas de los originales.
      Ojalá sigas aportando, para mejorar la publicación.

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