Las consecuencias de la guerra
El hambre invade los hogares
quejas de los nortinos Aven-
turas de sin rotito

  Qué diablos vamos hacer
ya no tenemos trabajo
calle arriba, calle abajo
andamos hoi sin comer.
Las fàbricas i el taller
por la guerra se han cerrado
i el gobierno no ha buscado
medio alguno de salvar
 a la clase popular
en este crítico estado

  Ya no hai con que pagar casa
i el dueño no nos aguanta
i en nuestras puertas se planta
gritando con toda trasa.
La agencia tampoco pasa
ni un cobre por la prenda
sin almuerzo ni merienda
sin onces ni desayuno
mas delgado que un perruno
recorro pueblos i haciendas.

  Anteayer para almorzar
tuve que hablar con el cura
i éste con sinverguenzura
obligóme a confesar,
solo así pude tocar
un platito de chauchao
i un candial tan apretao
que a pura piedra partí
i en la mascada que dí
un diente quedó quebrao.

  Despues me fuí a la estacion
a ver si trabajo hallaba
i un paco allí me agarraba
diciendo: al cuartel ladron
quise hablar i un bofeton
tambien me zumbó lijero
i luego un carabinero
me gritó ya te pillé
i dándome un puntapiè
me dijo: anda patraquero.

  Ya verán cuanto sufrimos
en esta querida tierra
que por causa de la guerra
muchas veces ni comimos
a la intemperie dormimos
mientras el gobierno hoi dia
solo quiere economias
sin importarle que el roto
no coma un solo poroto
i vaya ala loqueria.

Imp. San Alfonso 47.— Santiago

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