Ponderacion
DE UN FUSILAMIENTO

  El reo Acosta pago
A muerte fué sentenciado,
El indulto de su pena
Negó el Consejo de Estado.

  Saliendo del calabozo
Un sacerdote con fé,
Le hablaba, señor pequé
I el respondia con gozo:
Mi Dios todopoderoso
Si te he ofendido yo,
Perdóname que llegó
La hora, morir es preciso;
Lo que antepasado él hizo
El reo Acosta pagó.

  Lo dictaba se le oia
Con eco tierno de fijo,
I en la mano el Crucifijo
Se le notaba traia;
Gloriosísima María
Invocaba con agrado,
I un recetor a su lado
Le leyó aquella sentencia;
Que dijo sin complacencia:
A muerte fué sentenciado.

  Vió el piquete i tiradores
I se tocó el corazon,
I a todos pidió perdon
Acordando sus errores;
María de los Dolores
Se le oyó en hora tan plena,
Señora no seas ajena
Antes de mirarme hincado;
Por habérsele negado
El indulto de su pena.

  Llegó al banco i se sentó
Al parecer dió un suspiro,
Vino el verdugo, me admiro,
De los brazos lo amarró;
La vista tambien vendó
I el ministro con agrado,
Uno que estaba embozado
Habló a su satisfaccion;
La última apelacion
Nego el Consejo de Estado.

  Al fin, cuatro le tiraron
I despues los otros dos,
Se oyó que dijo una voz
Ya su vivir le quitaron;
Algunos hombres lloraron
Esta fué cierta verdad,
Se ladió sangriento ya
Cadáver con eficacia;
I con el golpe de gracia
Fué el alma a la Eternidad.

Ver lira completa

image_pdfConvertir a PDFimage_printImprimir

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *