Gran asesinato
EN PELEQUEN

  Un tal Laurencio mató
A cuatro séres vivientes,
Fué admiracion a la jente
I al hechor se aprisionó.

  Este hombre tenia afan
Que para él era eficacia,
I vino a caer la desgracia
En Rengo o Caupolican;
Las noticias que me dan
Del cobarde que intentó,
Hacer aunque lo pensó
En el infeliz instante,
A sus mismos semejantes
Un tal Laurencio mató.

  De éste se oia la fama
Que en las provincias del Norte,
A varios como su importe
Cuya sangre al cielo clama.
Al juez la atencion le llama
I encargó que los ajentes,
Fueran todos obedientes
Para el que hizo el atentado,
Al que habia asesinado
A cuatro séres vivientes.

  Con qué rabia o qué rencor
Devoró a un niño inocente
Sin ser éste competente
Ni fijarse en su terror;
Sin venganza la menor
En familia pobremente,
Como una fiera de frente
Intencion torpe tenia,
Devorando a sangre fria
Fué admiracion a la jente,

  Despues de la anatomía
Que cometió que aquel infame,
El pueblo entero reclame
Al ver tanta tiranía.
Se ordenó a la policía,
I la órden se esparció,
Poco poco les corrió,
Los secretos se apuraron;
Los muertos los enterraron
I al hechor se aprisionó.

  Al fin la primer sentencia
Que le salió al asesino
Por el grave desatino
Que improvisó sin clemencia,
En la sala de la audiencia
La lei ha pronosticado,
A todo el que haya quitado
La vida, el Código alega,
El indulto se le niega
I morirá fusilado.

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