CARTA DE LA ESPOSA
DE BRICEÑO A SU
EXSELENCIA

  Os debo señor la vida
una mujer desgraciada
bastante reconocida
Maria Ignacia Ahumada.

  De lágrimas un torrento
salir de mis ojos siento
mucho es mi agradecimiento
jeneroso presidente;
grande modesto i clemente
gozais fama merecida;
habeis curado mi herida
con un bálsamo piadoso,
mi pobre i querido esposo
os debe señor la vida.

  Con esta acción nobble i buena
habeis echado i lo imploro
puente de brillante i oro
a la familia chilena;
por él pasará sin pena
la fraccion hoi separada;
luego envainará su espada
pues sois ya su acreedor,
esto lo vé en su dolor
una mujer desgraciada.

  Señor mi angustia ha pasado
grande ha sido mi penar
pues no podria pesar
las lágrimas que he llorado;
que vuestro nombre sea amado
tu memoria bendecida;
yo he de hacer que mi hijo pida
i ruegue a Dios por tu bien,
que yo rogaré tambien
bastante reconocida.

  Mi gratitud hácia vos
casi no puedo esplicar;
es mas grande que la mar
infinita como Dios;
de mi sufrimiento atroz
por tí me ancuentro salvada;
por la dicha alborosada
besa vuestros pies ahora
vuestra humilde servidora
Maria Ignacia Ahumada.

  El Presidente benigno
Su Excelencia Jorje Montt
contestó a la Comision
en estilo noble i digno;
lo dijo: fué mi designio
desde un principio acceder
pero he tenieo que ver
batallando en mi conciencia
al rigor con la clemencia,
al perdon con el deber.

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