Los estragos
DE LA PESTE ALFOMBRILLA, EN
LA CLASE PROLETARIA

  La horrible peste alfombrilla
Está matando la jente;
La ciencia de los doctores
Ha sido incompetente.

  Se presentó este flajelo
Dándole muerte a los chicos
A los pobres, no a los ricos
Sin temor i sin recelo
Como castigo del cielo
Ha venido esta polilla.
Es como la cuncunilla
Que se esparce por la faz,
Cada dia cunde mas
La horrible peste alfombrilla.

  La Municipalidad
Ha abierto un nuevo hospital
Donde los que ataca el mal
Ahí van por caridad.
Afuera de la ciudad
Lo hizo hacer el Intendente.
Para el peligro inminente
Todo sabio es infalible,
Porque la epidemia horrible
Está matando la jente.

  Aseo en los conventillos
Se ha ordenado practicar
Por si se puede evitar
La mortandad de chiquillos.
Con esos temas sencillos
No aplacarán los clamores,
Los ayes aterradores
Se oyen como en son de guerra
I echa la peste por tierra
La ciencia de los doctores.

  Quisiera que la Alcaldía,
Para evitar los horrores
En cada barrio, señores,
Abra una dispensaría.
Donde de noche i de dia
Se atienda a todo paciente,
Que ocurra ahí puntualmente
A mejorar su dolencia;
Pero veo que la ciencia
Ha sido incompetente.

  Al fin, pido con rescate
Al Alcalde con motivo,
Que todo facultativo
Haga las visitas grate;
Así pondremos remate
Con esta nueva medida,
En un pelo nuestra vida
Está, i a todo se humilla.
No es la tal peste alfombrilla,
Es otra desconocida.

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