Crímen en la Araucanía
EL MARIDO QUE ULTIMÓ A LA MUJER
A GARROTAZOS

  Un infame indio salvaje
Asesinó a su mujer:
Con un garrote macizo
Le hizo la vida perder.

  Hacia tiempo que estaba
Pensando en darle la muerte
Para vivir de otra suerte
Con otra india que amaba.
La querida lo animaba
I le daba gran coraje;
I yo ántes que se raje
El papel, digo i repito:
Es el autor del delito
Un infame indio salvaje.

  Pensaron entre los dos
Una ocasion que se vieron
Hacer la muerte que hicieron
Si tener temor a Dios.
El crímen fué bien atroz
Según cuenta un mercader;
El suceso dió a saber
A un señor gobernador;
Dijo que aquel sin amor
Asesinó a su mujer.

  La madre de la finada
Al indio le puso preso;
Bueno que sufra por leso
Una larga temporada.
Dice él que todo no es nada,
Sufrir porque fué preciso.
Pensando me aterrorizo
En la infame picardía;
La hizo dar su agonía
Con un garrote macizo.

  Me cuentan de mui verdad
Uno que del sur llegó,
Dice que él mismo vió
Aquella barbaridad.
Le calentó sin piedad
Hasta hacerla fenecer;
Por no verla padecer
Cometió el acto inhumano:
Aquel marido tirano
Le hizo la vida perder.

  Al fin, en la Araucanía
Sucedió lo que les cuento;
No estén creyendo que miento
En mi bella poesía;
No sé cómo esto seria
La acción horrible i tan fea.
¿Habrá esto quien lo crea?
Sí, señor, muchos lo creen,
I yo soi uno tambien
Que tengo la misma idea.

DANIEL MENESES
POETA NORTINO, Morandé, 8-A

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