TONADAS

  ¡Ai del que lleva en el alma
La imájen de la que amó!
¡Ai de aquel que vió ausentarse
A la mujer que adoró!

¡Ai del que su amor confia
En la mujer sin amor!
¡Ai del que fué despreciado
Siendo un fino adorador!

  Para él no existe el gusto
Todo placer se agotó
Porque la dulce esperanza
De su amor ya se acabó.

  El sentimiento i la pena,
Las lágrimas i el pesar
Solo siguen al querido
Que deveras supo amar.

  ¡Ai de aquel que delirando
Llora i jime con razon
Porque lleva en esta vida
La muerte en el corazon!

  ¡Ai, por fin, de aquel que mira
Marchita su amada flor
I que solo en su alma queda
La ceniza de su amor!

  Entre un confesor i una penitente
  —Acúsome, padre mio,
Que adoro un jóven moreno,
  —Hija mia, eso es mui malo
Querer a dos si que es bueno
  —Pero, créamelo padre,
Que yo, aunque soi mujer,
En el amor soi constante
I a dos no puedo querer.
  —Pero hija, querer uno
Es un pecado atroz,
Pero querer a unos cuatro
Si que no se enoja Dios.
  —Con cuatro como me caso
Padre, aunque yo los quisiera
I si es malo amar a uno
Tendré que quedar soltera.
  —Hija mia, eso no importa
Que yo te amparo en la vida
I si no te casas nunca
Serás mi joya querida.
  Bajo penitencia os mando
Que no te debes casar
I que solo a mí i a Dios
Tan solo debes amar.
       (Continuará)

       Terrible escena

  En San Fernando a un estero
Se dirijió una mujer,
I un leon, al parecer,
Se la comió mui lijero.
  Agua aquella desgraciada
Agarraba, diré yo,
Cuando el leon la agarró
I la dejó destrozada.
  Ahora les hablaré
Sobre un gracioso suceso,
Una niña con un beso
Se libró, les contaré.
  A saltearla, pues, llegaron
Ladrones precisamente
I a esta niña valiente
Con su mamá encontraron.
  La niña cuando los vió
No se asustó, pues por eso
I con su plata i un beso
Contenta los despidió.

Es propiedad de la autora
Juana Maria Inostroza
Galvez, 635

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