FINÍSIMOS AMORES
A LAS
NIÑAS PRECIOSAS

  Dame un beso con lengüita
Que ya estoi para morir;
No me hagas tanto sufrir,
Perla preciosa y bonita.

  Mira, clavel encarnado,
Oye, fragante azucena,
Que ya me muero de pena
Por no encontrarme a tu lado.
Los mares he navegado
Como el amor me lo cita;
Te veo como rosita
De la linda miniatura;
Para endulzar mi amargura
Dame un beso con lengüita.

  En mí no se halla consuelo,
Triste paso en un dolor,
Pensando en tí, hermosa flor
De los jardines del cielo.
¡Ai! no me tengas recelo,
De mí no pienses huir;
Tambien te voi a advertir
Antes que se venza el plazo,
Que me des un fuerte abrazo
Que ya estoi para morir.

  Cuando yo tomo en mi mano
La pluma para escribirte,
Tiembla mi pulso al decirte
Que tengo mi pecho insano;
Pero olvidarte es en vano.
Propongo y he de cumplir:
Contigo tendré que ir
Al tomento mas veloz.
Te lo pido de por Dios,
No me hagas tanto sufrir.

  Continuamente me voi
A lamentarme a un desierto,
Que he soñado que te has muerto
En el letargo que estoi;
Mi corazón te lo doi,
Vélo tú cómo se ajita:
Compadécete, perrita,
Que de tí me encuentro ausente;
Tienes el sol en la frente,
Perla preciosa y bonita.

  Al fin, aurora imperial,
Fíjate en lo que te escribo,
Que yo con un amor vivo
Te aprecio, Reina Oriental,
Aliviame de este mal,
Bella sirena encantada;
Del mundo eres deliciada
Y de todos la alegría;
Solo yo espero tu guia,
Lucero a la madrugada.

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